La hucha de las pensiones 'regalará' 263 millones a Hacienda en 2018 y 2019

  • De los 8.095 millones que el Fondo de Reserva tiene invertidos en deuda española solo recuperará 7.832 millones, por el efecto de los tipos bajos.
Protestas para garantizar las pensiones
Protestas para garantizar las pensiones

El Fondo de Reserva, más conocido como hucha de las pensiones, da sus últimos coletazos. Más si cabe, cuando en realidad la cifra que queda para apoyar el pago de las pensiones es más pequeño que el oficial. La diferencia tiene que ver con un detalle técnico, de definición, y supone una diferencia de cerca de 263 millones de euros.

La hucha de las pensiones tiene el mismo funcionamiento que un gran fondo, aunque con ciertas restricciones. Se trata de un sistema de capitalización. Esto significa, que el dinero que tiene, el acumulado, se invierte en productos financieros que generan intereses con los que el total del capital crece. Entre las restricciones que presenta, destaca principalmente que el Fondo de Reserva solo puede invertir en deuda pública de alto nivel, normalmente española.

Los bonos de deuda pública de cupón cero, por lo general, suelen tener dos ejes principales: por un lado, el valor pagado por el adquirente, en este caso el fondo. Por otro, el denominado valor nominal, que es la cantidad que recuperará el comprador una vez finalice el plazo. En el caso de la hucha de las pensiones, la diferencia real del dinero que tiene está en dicha definición. Las cuentas ofrecen el denominado ‘Precio de Adquisición’, que asciende a 8.095 millones. Aunque en realidad, donde hay que mirar es en el valor nominal de los bonos, lo que se va a recuperar, que asciende a 7.833 millones.

En realidad, lo que ocurre es que el Fondo de Reserva ha pagado, o pagará, en los dos próximos años a Hacienda 263 millones por prestarle 8.095 millones. Dicho cobró tiene tres motivos principalmente. En primer lugar, la caída de los tipos por efecto del BCE ha llevado a los bonos de la deuda a corto plazo a negativo. En segundo lugar, la restricción del propio fondo de solo invertir en deuda española o alemana. Por último, las necesidades del propio fondo de no poder invertir a plazos mayores por la necesidad de capital para sufragar las pagas extras en 2018.

Además, habría un problema extra y es que la rentabilidad, que se sitúa en el -0,12%, se le debería añadir la pérdida de poder adquisitivo por el efecto de la inflación, que podría cerrar el año en el 1,9%. Normalmente, uno de los objetivos de la inversión, sobre todo en deuda pública, es protegerse contra el efecto de la subida de precios. Pero con los tipos negativos, no solo no se consigue sino que se acentúa.

Al final de 2018, solo quedarán 1.000 millones

El fondo nació en los noventa, aunque ha sido a partir de 2003 cuando comenzó a ingresar importantes cantidades. En los últimos años, se ha necesitado del mismo para sufragar el pago de las pensiones con lo que se ha ido reduciendo con fuerza. Ahora, apenas queda un 10% desde máximos y la cifra bajará aun más cuando acabe el año. La gran parte de los vencimientos se producirán en 2018, aunque una pequeña parte aguantará hasta 2019. En concreto, al fondo le quedan dos bonos en cartera, por 1.100 millones, que se devolverán en el año próximo. Con ellos, prácticamente se dará por cerrado el Fondo al no quedar capital.

El efecto capitalización en el fondo ha sido muy importante a lo largo de los años. En total, en concepto de intereses y demás devoluciones la hucha de las pensiones ha sumado a su capital más de 28.000 millones de euros. Lo que se ha traducido en más de una vida extra. Además, también ha servido para equilibrar la deuda española, puesto que ha sido uno de sus principales compradores.

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