Los fondos europeos, pendientes de la ficha de Seguridad Social

Escrivá pone en riesgo las reformas al encallar en la negociación de pensiones

El Gobierno fija ahora el 30 de abril para la entrega del plan definitivo a Bruselas. El Ministerio quiere fulminar la jubilación forzosa al cumplir la edad legal. Patronal y sindicatos discrepan de las "imposiciones".

garamendi escrivá
Escrivá pone en riesgo las reformas al encallar en la negociación de pensiones
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Problemas para la reforma de las pensiones. Las conversaciones sobre la ficha más problemática de las treinta se encuentran "prácticamente bloqueadas", según indican diferentes fuentes implicadas en los contactos. Los negociadores critican los métodos del titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y hablan sin ambages de "imposiciones". En Unidas Podemos, por su parte, los socios con los que el PSOE debería sacar adelante el componente más problemático, tienen escasa información. Todo ello complica la negociación con Bruselas y la presentación definitiva del Plan de Inversiones y Reformas que debería estar elevado a la Comisión Europea el 31 de marzo, la próxima semana. De hecho, ahora el Gobierno está empezando a hablar de otro plazo: finales de abril.

El problema en esta primera fase de las negociaciones es doble. Por un lado, hay tres medidas que están provocando un intenso tira y afloja entre los cinco agentes implicados: el equipo del ministro, CEOE, Cepyme, UGT y CCOO. En este sentido hay una profunda discusión por la llamada "jubilación forzosa" al cumplir la edad legal que Escrivá pretende fulminar por recomendación (o exigencia) de Bruselas. Patronal y sindicatos han puesto, sin embargo, pie en pared y no aceptan el veto del ministro a un asunto que fue pactado en el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y que se encuentra incluido en los convenios. El Gobierno plantea, por tanto, que el empleado pueda trabajar hasta el momento que quiera y los negociadores no están dispuestos a aceptarlo porque consideran que se generaría un tapón que impediría a los jóvenes a acceder a determinados puestos de trabajo.

No es el único asunto polémico. La fórmula que Escrivá ha puesto sobre la mesa para revalorizar las pensiones sin que los jubilados pierdan poder adquisitivo tampoco gusta a los negociadores. El ministro acepta indexarlas al IPC pero pretende introducir un mecanismo que absorba las subidas el año que el IPC sea negativo: en ese caso las prestaciones no se incrementarán y la diferencia se calculará con una media en los tres siguientes años que sí suban las pensiones. El acuerdo en este punto tampoco está cercano.

Escrivá quiere fulminar la "jubilación forzosa" al cumplir la edad legal pero patronal y sindicatos han puesto pie en pared y no aceptan el veto del ministro

La tercera medida que está empantanando las negociaciones tiene que ver con la intención de Escrivá de acercar la edad real de jubilación a la legal. El ministro propone para ello varias fórmulas, como endurecer la jubilación anticipada con coeficientes reductores (UGT denuncia que el 99% de las jubilaciones anticipadas no son por voluntad propia sino por la situación de desempleo); o ampliar los 'premios' a quien se mantenga trabajando. Se podría, para ello, revisar la pensión, recibir un cheque en el momento de la jubilación o un sistema mixto, según las diferentes propuestas que ha planteado el titular de Seguridad Social. Tampoco hay buenas sensaciones para llegar a un acuerdo.

Las negociaciones no avanzan e incluso desde los negociadores aseguran que "estamos como al principio". "El ministro y su equipo se empecina en hablar solo de sus recetas y prácticamente no escucha; obviamente no negocia, parece un monólogo", aseguran desde uno equipo implicado en la reforma más complicada de todas. En la última reunión, celebrada a principios de esta semana, quedó patente esta situación de bloqueo. "El Ministerio incluso hubo semanas que no convocó la mesa por este bloqueo", añade una de las personas implicadas, que denuncia también que la reforma de pensiones se esté negociando "por fascículos" y no como un proyecto completo. Ha habido únicamente tres encuentros en un asunto que Bruselas considera prioritario: en diciembre, a finales de febrero y el pasado lunes. Volverán a verse el próximo lunes de Semana Santa.

La obstrucción de la reforma de pensiones tiene sus consecuencias en el Plan de Inversiones que Moncloa se había previsto presentar ante Bruselas y que dará acceso a los 82.000 millones en transferencias que recibirá España. La Comisión exige que las reformas sean duraderas en el tiempo, lleguen al Boletín Oficial en tiempo y forma y que estén acordadas en el diálogo social para no tener problemas posteriores. Escrivá, por tanto, tendrá que esforzarse para lograr la cuadratura del círculo: un acuerdo con sus socios de Unidas Podemos, un pacto con patronal y sindicatos y el visto bueno de los 'comisarios' europeos.

En estas negociaciones no se está hablando en ningún momento de la hasta ahora defenestrada medida para elevar el periodo de cómputo para el cálculo de las pensiones de 25 a 35 años. Escrivá sí incluyó este plan en un primer borrador de trabajo explicando que permitiría "aumentar la contributividad del sistema, haciendo que la pensión de jubilación refleje en mayor medida la vida laboral del trabajador y la realidad de un mercado laboral en el que las interrupciones y las lagunas son cada vez menos excepcionales". Unidas Podemos se reveló y ha quedado, de momento, eliminada, aunque un negociador apunta que tarde o temprano volverá a incorporarse. 

El Gobierno ya envió a Bruselas en dos tantas las fichas con las líneas maestras del plan de acción para optar a las ayudas. Son unos documentos que han ido elaborando los ministerios basándose en el Plan "España puede" que presentó Pedro Sánchez el pasado 7 de octubre en Moncloa. Este texto es el vademécum que está guiando las intensas conversaciones Madrid-Bruselas. Contiene cuatro líneas de actuación (transición ecológica, transformación digital, igualdad de género y cohesión social y territorial) de las que cuelgan diez "políticas tractoras". De ellas se derivan 30 "componentes", en terminología burocrática, que son sobre los que se van a articular los proyectos finales. 

Esta negociación se está capitalizando a través de los ministerios económicos y Moncloa. Muy pocos conocen el contenido del plan y a los agentes sociales tampoco se les está siendo claro, según denuncian. El Gobierno quiere tener ese Plan de Inversiones y Reformas cerrado con Bruselas el citado 31 de marzo y, a continuación, la voluntad del equipo de Sánchez es llevarlo al Congreso de los Diputados para, en un pleno monográfico, ofrecer explicaciones a la cámara. Escrivá también tiene previsto dar explicaciones el próximo 12 de abril en la Cámara Baja.

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