Pese a divisiones internas, Merkel se niega a cerrar las puertas a los refugiados

  • La canciller Angela Merkel se pronunció este lunes a favor de una reducción "perceptible" del número de refugiados que ingresan a Alemania, tranquilizando a las voces críticas dentro de su partido, pero se negó a cerrarles las puertas del país.

Pese a las fuertes turbulencias de las últimas semanas y a las críticas dentro de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) sobre su política de acogida de refugiados, la dirigente conservadora fue ovacionada durante varios minutos por sus copartidarios reunidos en congreso en Karlsruhe (suroeste).

Durante un discurso que se centró esencialmente en el tema migratorio, Angela Merkel admitió que "incluso un país como Alemania se ve superado a la larga por un número tan grande de refugiados".

A finales de año alcanzará el millón, un récord histórico que pone a Alemania frente a desafíos logísticos importantes.

"Es por esta razón que vamos a reducir de forma perceptible el número" de refugiados que llegan a Alemania, prometió, e insistió en la necesidad de encontrar soluciones europeas a esta crisis.

La canciller hizo hincapié en el rol esencial de Turquía para manejar esta crisis.

Berlín fue uno de los iniciadores del acercamiento a Ankara para intentar contener en Turquía a los más de dos millones de refugiados sirios que han huido del país desde el inicio de la guerra.

La canciller habló sobre la urgencia de relocalizar a unos 160.000 refugiados que llegaron a Grecia o Italia, una medida decidida a nivel europeo pero que hasta ahora no ha sido casi aplicada.

Subrayó además la importancia de proteger las fronteras externas de la UE. Una cumbre de la Unión Europea (UE) dedicada sobre todo a este tema tendrá lugar el jueves y viernes en Bruselas.

Sin embargo, se negó a cerrar las puertas de Alemania a los refugiados. "No vamos a resolver nada encerrándonos, en el siglo XXI, encerrarse no es la solución", zanjó.

Su aliado gubernamental bávaro, la CSU, pero también algunas voces dentro de la CDU, exigen que fije una cifra máxima de refugiados que el país puede recibir. Pero la jefa del gobierno se niega categóricamente a aceptar esta opción.

Para Merkel, abrir las puertas de su país a los refugiados, que huyen de la violencia en Siria o Irak, es un "imperativo humanitario".

Hija de un pastor protestante, la canciller invocó varias veces la moral para justificar su política.

Otro de los temas centrales del congreso de la CDU será el debate sobre una moción que pide "medidas eficaces" para frenar la llegada de solicitantes de asilo.

La moción, que dio lugar a ásperos debates en los últimos días, debe resumir la posición de Angela Merkel, que exige una acción europea conjunta sobre todo en la frontera entre Grecia y Turquía, principal puerta de entrada de los migrantes a la Unión Europea (UE).

No obstante, los ánimos parecen haberse calmado dentro de la CDU este fin de semana. La dirección del partido se puso de acuerdo en el compromiso de "reducir de forma perceptible" el flujo de refugiados.

Según una encuesta de la televisión pública ZDF, un 49% de los alemanes desaprueba la política adoptada por el gobierno sobre los refugiados mientras que un 47% califica de positivo el trabajo de Merkel.

Por otra parte, los actos violentos contra los refugiados han aumentado fuertemente desde finales de año, así como la adhesión al partido xenófobo Alternative für Deutschland (AfD).

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