El fiscal mantiene la petición de 38 años de cárcel para el exdirector del Colegio Salesianos de Cádiz

EUROPA PRESS

A juicio del fiscal, el acusado "disfrutaba pegando y humillando" a los menores y ha considerado que su conducta sólo puede explicarse por un "sadismo sexual".

Así lo ha argumentado la Fiscalía en la exposición de su informe final, cuestionando que, en base a un supuesto sistema de intervención educativa, el acusado propiciase que los alumnos faltaran a clase para ir a su despacho a jugar a juegos que incluían "palizas" y con presumibles connotaciones sexuales.

De la misma manera, ha llamado la atención sobre el hecho de los menores veían en principio "normal" este comportamiento, que acabó saliendo a la luz porque algunos vieron que fue "a más" y "se salió de madre".

En cualquier caso, el fiscal ha planteado al tribunal que, en caso de no considerar acreditada la comisión dichos delitos, el sacerdote sea condenado a 15 años de cárcel por doce delitos contra la integridad moral de los menores.

Por su parte, el letrado de la Junta de Andalucía, que ejerce la acusación particular en defensa de un menor tutelado que supuestamente sufrió abusos por parte del acusado, ha rechazado la hipótesis de que el caso responda a una "confabulación" de los menores, ya que de los 36 que han prestado declaración durante el juicio, 30 se han mantenido en el grueso de la acusación y los seis restantes únicamente han hecho matizaciones, pero no han negado los hechos.

En su informe final, la defensa ha puesto el acento en la "debilidad absoluta de las pruebas" para condenar al exdirector, ya que no hay "ni un solo elemento" que acredite que hubo palizas o abuso sexual respecto a los menores. Asimismo, ha resaltado la "indefensión" de su patrocinado ante las acusaciones vertidas contra él.

El letrado ha negado cualquier responsabilidad del exdirector del centro, asegurando que todo eran "bromas" sin ninguna intencionalidad sexual y considerando que se han "visto gigantes donde sólo hay molinos de viento".

El acusado ha hecho uso de su último turno de palabra para incidir en que su sistema cercano de intervención educativa no fue cuestionado en otros destinos que había ocupado previamente, concluyendo que "no he sido profeta en mi tierra".

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