Peticiones de cambio y consenso de mínimos en la cumbre de la ONU sobre droga

  • La reunión de la ONU en Viena que revisó las políticas de drogas de los últimos cinco años concluyó hoy con claras diferencias entre los Estados participantes y la tesis argumentada por numerosos países latinoamericanos de dar un giro hacia políticas centradas en la prevención y la salud pública.

Luis Lidón

Viena, 14 mar.- La reunión de la ONU en Viena que revisó las políticas de drogas de los últimos cinco años concluyó hoy con claras diferencias entre los Estados participantes y la tesis argumentada por numerosos países latinoamericanos de dar un giro hacia políticas centradas en la prevención y la salud pública.

Más de 120 países y 1.500 delegados han repasado durante dos días la situación del problema de las drogas y han adoptado una "Declaración ministerial conjunta" que ha supuestos un acuerdo de mínimos que, en la práctica, no ha satisfecho del todo a nadie.

Durante el encuentro se revisó la hoja de ruta adoptada en 2009, que busca "eliminar o reducir de forma significativa" la demanda de estupefacientes hasta el año 2019, un objetivo que la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) ha reconocido que está lejos de cumplirse.

La declaración ministerial adoptada hoy reafirma la intención de lograr los objetivos marcados en 2009, pero las referencias más contundentes sobre el respeto a los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte para delitos de drogas o la aplicación de terapias avaladas por la experiencia médica han quedado fuera.

Países que abogan por mantener la línea dura, como Pakistán, China, Egipto, Irán o Rusia, se han opuesto a incluir referencias claras sobre esas materias, que impulsaban la Unión Europea, Suiza, Noruega y países latinoamericanos como México o Ecuador, según indicaron a Efe fuentes diplomáticas.

La declaración, pensada para ser un nuevo documento de consenso que enumere los avances y retos pendientes en la lucha contra las drogas, ha quedado desvirtuada por la oposición de los países más conservadores, según lamentaron varias fuentes implicadas en la negociación.

Ese documento, al fin y al cabo, es un acuerdo de mínimos entre países con formas muy distintas de abordar el problema de las drogas.

Así, la producción y venta de marihuana, legal en Uruguay y en dos estados de EEUU -Colorado y Washington- puede suponer la pena de muerte en Malasia, Irán o Arabia Saudí.

En Rusia, las terapias de sustitución con metadona para heroinómanos son ilegales, pese a estar avaladas por la Organización Mundial de la Salud y ser efectivas para frenar el contagio del VIH.

Frente a esta situación, el director ejecutivo de la ONUDD, el ruso Yuri Fedotov, sí ha respaldado de forma clara un enfoque basado en el respeto a los derechos humanos y en tratar a los consumidores de drogas como "pacientes en tratamiento" y no como "delincuentes".

Por otro lado, la reunión sí ha visto un avance a la hora de hablar de forma clara sobre las necesidades de cambios, tal como han hecho México, Colombia, Uruguay, Ecuador o Guatemala.

El ministro de Justicia de Colombia, Alfonso Gómez Méndez, declaró a Efe: "Por primera vez veo que en Naciones Unidas se ha ido abriendo un espacio" para el debate, aunque destacó que su país buscará ese diálogo dentro de las convenciones sobre drogas.

"Por qué razón, si hemos utilizado todos los correctivos el problema no ha podido resolverse", pidió analizar Gómez Méndez.

México, por su parte, ha solicitado un "cambio de visión" en la lucha contra las drogas, centrado más en la prevención y menos en la represión, aunque dejando de lado experimentos unilaterales, según explicó a Efe la subprocuradora jurídica y de Asuntos Internacionales de México, Mariana Benítez.

Otros países, como Ecuador, han ido más allá y han solicitado una refundación de los tratados sobre las drogas para ponerlos al día en cuanto al respeto de los derechos humanos y la aplicación de las políticas avaladas por la comunidad científica.

Uruguay, que defendió en el pleno su ley para legalizar la marihuana, destacó hoy que "el prohibicionismo no ha solucionado el problema" de las drogas, por lo que hay que buscar alternativas, según declaró a Efe el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa.

"Esta reunión muestra de forma clara la profundidad de los cambios que están en marcha y la cantidad de países descontentos con el 'status quo', incluso seis países han cuestionado los tratados de control de drogas, hasta hace poco vistos como si fueran sagrados", indicó a Efe Martin Jelsma, analista del "Transnational Institute".

Sin embargo, "las decisiones sobre cuestiones importantes se están dejando para 2016", agregó Jelsma, cuando se celebrará en Nueva York una sesión especial dedicada a las drogas en la Asamblea General de la ONU.

Por su parte, Ann Fordham, del Consorcio Internacional de Políticas sobre Drogas, señaló que muchas delegaciones hicieron "observaciones contundentes durante esta reunión para dejar claro que ya no tienen estómago para continuar con la farsa de un consenso mundial sobre drogas".

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