El Fisco pone la lupa en las farmacéuticas

Pfizer pagó 11,3 millones para ponerse al día con Hacienda tras una inspección

El laboratorio de la vacuna que ya se distribuye en España fue investigado por la Agencia Tributaria debido a discrepancias en varios impuestos. Rovi, que producirá las dosis de Moderna, también fue inspeccionada.

Las primeras dosis de la vacuna frente al COVID-19 desarrollada por la compañía Pfizer han llegado este sábado al centro logístico de Pfizer en Guadalajara.
Pfizer pagó 11,3 millones para ponerse al día con Hacienda tras una inspección.
Moncloa

La Agencia Tributaria abrió una inspección a Pfizer por discrepancias en el pago de varios impuestos. El laboratorio del que han salido las primeras dosis de la vacuna de la Covid que se están suministrando en España abonó un total de 11,3 millones de euros para ponerse al día con Hacienda tras dichas actuaciones inspectoras de alcance general en la filial en España de la multinacional con sede en Nueva York. La decisión que tomaron los responsables de la firma de investigación biomédica fue firmar las actas de conformidad y pagar lo que le requería el Fisco, intereses incluidos.

La factura de 11,3 millones abonada por Pfizer a Hacienda se desglosa en dos: por un lado, 8,8 millones en concepto de "base" y otros casi 2,8 por "intereses", según contempla la propia compañía en sus últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. La farmacéutica acordó, de esta forma, firmar las actas de conformidad y rechazó litigar en los tribunales contra la administración. Es decir, pese a que existieron discrepancias con el criterio que observó Hacienda tras su inspección, Pfizer abona los 11,3 millones y asume el criterio de la Hacienda pública.

La inspección fue abierta durante el periodo de Cristóbal Montoro al frente del Ministerio de Hacienda. Las pesquisas se iniciaron el 27 de marzo de 2017, con el Gobierno de Mariano Rajoy, pero la sanción fue abonada por Pfizer ya con el Ejecutivo de Pedro Sánchez tras la moción de censura. La farmacéutica ya incluyó en sus cuentas de 2018 esos 8,8 millones por el concepto de "base acordada en conformidad en la inspección fiscal". 

¿Cuáles fueron las discrepancias entre el Fisco y Pfizer? La propia farmacéutica explica que fueron "actuaciones inspectoras de alcance general" en relación a cuatro conceptos: el Impuesto sobre Sociedades entre diciembre de 2011 y noviembre de 2015, el IVA entre 2013 y 2015, las retenciones e ingresos a cuenta de los rendimientos del trabajo profesionales entre 2013 y 2015 y, por último, las retenciones a cuenta de la imposición a los no residentes en el mismo periodo, de 2013 a 2015.

La Agencia Tributaria tenía en el momento de la inspección a Pfizer a algunas multinacionales farmacéuticas en su punto de mira. Eran tiempos en los que la inspección fiscal sometió a revisión a varias de estas compañías que ahora el Gobierno está cuidando especialmente para el suministro de la vacuna. De hecho, el Ejecutivo ha convertido en un gran acto la llegada de las primeras dosis a nuestro país, una logística cuidada al detalle con la filial de Wyeth Farma también por su complejidad: las cajas con los viales deben ser conservados a -70 grados.

Inspección a Rovi, fabricantes de la vacuna de Moderna

Otra farmacéutica a la que la Agencia Tributaria abrió una inspección fiscal es Rovi, la compañía que fabricará la vacuna de Moderna para el mercado mundial fuera de Estados Unidos desde principios de este año. La compañía también tuvo, en el año 2018, discrepancias con Hacienda "por la compensación de las bases imponibles de 2015", según se puede leer en las últimas cuentas de la empresa depositadas en el registro. 

Rovi, en ese caso, y pese a que también existieron discrepancias, asumió el criterio de la Agencia Tributaria y procedió a revisar su situación. Lo que hizo la compañía fue reincorporar esas bases imponibles negativas pendientes de utilización por importe de 1.292 millones de euros. La firma admitió también que estas discrepancias "no han tenido impacto significativo" para el balance de la compañía.

Más allá de las inspecciones fiscales abiertas a las farmacéuticas, tanto Pfizer como Rovi, han vivido un final de 2020 disparadas. La compañía española, que cotiza en nuestro país, experimentó un incrementó un 53% su beneficio en los nueve primeros meses del año, hasta un total de 47 millones de euros. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) de la compañía se elevó hasta 69,7 millones de euros, un 47% más respecto al mismo periodo del año anterior. En la publicación de sus últimos resultados financieros, Rovi también informó que la previsión del grupo para 2023 es duplicar los ingresos operativos de 2018, hasta 600 millones de euros. La firma americana, por su parte, remontó durante los últimos meses del año tras conocerse la efectividad de sus virales y pudo cerrar el año sin las pérdidas que llegó a acumular por el pánico bursátil que generó la pandemia.

Hay que recordar, por cierto, que Pfizer fue sancionada en Estados Unidos con 2.300 millones de dólares (1.613 millones de euros por aquel entonces) tras reconocer prácticas ilícitas en la comercialización de varios de sus medicamentos, como los tratamientos contra el dolor Bextra y Lyrica. Era 2009. La farmacéutica también acordó unos años más tarde, en 2012, con el Departamento de Justicia de Estados Unidos abonar varias multas por valor de más de 60 millones de dólares por supuestos sobornos a médicos, reguladores y funcionarios públicos en el extranjero. Las prácticas se produjeron en Rusia, Bulgaria, Croacia, Kazajistán, Serbia, República Checa, China e Italia.

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