El exdirector adjunto de la Policía Eugenio Pino se ha desvinculado del operativo puesto en marcha en 2013 por encargo del comisario jubilado José Manuel Villarejo para espiar a Luis Bárcenas. Aunque no ha llegado a declarar en sede judicial, el que fuera jefe de la policía política ha espetado a los periodistas que aguardaban su salida de la Audiencia Nacional que "la operación Kitchen no existe".
Así de rotundo se ha mostrado ante la insistencia de los medios en un día de citaciones clave para el devenir de la macrocausa de espionaje. El juez había llamado para este jueves a tres personas más que relevantes en el marco de este operativo con el que se sustrajo información delicada del PP al que fuera su máximo responsable de finanzas. Estos son el comisario Enrique García Castaño alias 'El Gordo', el propio José Manuel Villarejo y Eugenio Pino.
El instructor ha comenzado el interrogatorio con García Castaño y, tras más de dos horas de declaración, ha procedido directamente a interrogar al máximo acusado en el caso 'Tándem', el cual ha respondido a las preguntas de los fiscales del caso en el marco de esta pieza secreta de la investigación. Villarejo ha sido trasladado desde la cárcel de Estremera donde permanece en prisión provisional por su implicación en estos hechos. Así pues, el único que no ha llegado a entrar en la sala de declaraciones es Eugenio Pino, el cual volverá a ser llamado por el juzgado.
No obstante, y a tenor de lo que ha contestado a las puertas de la sede judicial, es probable que el que fuera número 'dos' de la Policía niegue en su próxima cita ante el juez la existencia de este operativo pese a que este departamento reconoció explícitamente que la trama se puso en marcha al margen de la Justicia y que se costeó con fondos reservados del Estado. De hecho, en un escrito remitido a la causa de los papeles de Bárcenas, Interior reconoció que se encargó este cometido a agentes pertenecientes a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) así como a la Comisaría General de Información; esto es, a la cúpula policial.
Con todo, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 está dispuesto a dar un impulso a la investigación de esta séptima pieza del caso 'Tándem' con el fin de esclarecer qué papel jugó el principal investigado en el encargo que recibieron los agentes, entre ellos el que fuera chófer de Bárcenas, Luis Ríos. Precisamente este ha sido uno de los que ha desfilado por la Audiencia Nacional esta semana. Aunque ha venido hasta en tres ocasiones no ha sido hasta este martes cuando ha decidido declarar por su implicación en este operativo que delegó principalmente en órdenes superiores.
La red de espionaje salpica a la Agencia Tributaria
Un día después, es decir, este miércoles, se tomó declaración en calidad de testigos a Luis Bárcenas y su mujer Rosalía Iglesias. Ambos apuntaron en la misma línea en la que ya se pronunciaron ante el juez José de la Mata que también investiga parte de esta operación, en concreto, lo relativo a la sustracción de documentos sobre datos privados del Partido Popular. En este interrogatorio, producido en diciembre, el extesorero de la formación reconoció que nunca llegó a sospechar de su chófer aunque dibujó varios escenarios en los que éste les podría haber sustraído anotaciones y material que obra en el sumario de la causa y que, efectivamente, reconoció como suyo.
Pero además de esta parte de la investigación, el magistrado continúa las pesquisas en otras piezas de la misma, como es el caso de la bautizada como 'Iron' y relativa al encargo que recibió Villarejo por parte del bufete de abogados Herrero y Asociados para espiar otro despacho. Por este asunto se ha citado a declarar de nuevo para este viernes a García Castaño así como el inspector Antonio Bonilla y el también policía Antonio Serrano. El juez les imputó el pasado 10 de enero junto con otros dos inspectores jubilados y un funcionario de Hacienda, lo que demuestra que los tentáculos de esta trama traspasaron los límites de la Policía llegando a alcanzar a la Agencia Tributaria.
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