PSOE y Podemos usan Madrid como banco de pruebas para atacar a Rivera

  • Consideran que o se está con la regeneración o con el PP. Sánchez compara al líder de Cs con Aznar y Errejón critica sus fichajes improvisados.
Fotografía Albert Rivera, oscura
Fotografía Albert Rivera, oscura
EFE

La batalla por Madrid promete dejar muchos jirones por el camino y no ha terminado. Es el banco de pruebas de la campaña que viene. La abrupta caída de Cifuentes es solo la punta del iceberg político que rodea a la capital, convertida en ansiada palanca de poder. Si Rajoy ha dejado caer sin piedad a su mirlo blanco para no perder el control de la imprescindible capital y ya busca gente de peso para retomar el control (ahora suenan Casado y Soraya) es que aún promete lucha aunque viva en plena decadencia.

La imagen del Gobierno agarrado como un clavo ardiendo al PNV para lograr el árnica de dos años más vía presupuestos ha puesto en un brete a Montoro y Escolano. Ambos han sufrido en sus carnes, primero una subida de pensiones acorde con el IPC inesperada y negada porque no había dinero, y ahora el papelón de defender que sí hay dinero para las pensiones gracias a una 'tasa Google', que nadie sabe cuándo saldrá adelante en una Europa dividida. Pura improvisación para ganar tiempo y evitar un adelanto electoral.

El PSOE y Podemos también miran las encuestas y apuntan a Rivera, no sea que la alternativa a la derecha sea... la derecha, algo inédito en la España democrática. Eso explica que ambos partidos olviden el sorpasso y hagan pinza para presionar a Rivera para lograr que Gabilondo tome los mandos de Madrid. El enemigo a batir por todos es ya Albert Rivera.

Por eso tanto Podemos como el PSOE presionan para que su decisión en Madrid, sea cual sea, le pase factura: o es muleta del PP o solo cree en la regeneración gracias a la presión de la izquierda. Desde Ciudadanos ya han dejado claras sus preferencias: "Ganar hay que hacerlo en las urnas, no en los despachos. Nosotros ya hemos conseguido lo que queríamos", ha contestado Ignacio Aguado, el portavoz de Cs en la Comunidad, el partido que ahora lidera en las encuestas. Ciudadanos tiene clara la jugada: apoyo a la lista más votada y ataque a la izquierda por buscar sillones. El partido de Rivera está más concentrado hoy en sus fichajes, consciente de que el tiempo se acerca y le falta cantera.

Pedro Sánchez, pese a todo, no va a dejar la batalla de Madrid porque le ha vuelto a colocar en el foco para poder retar y minar a Rivera: "Cuando tiene que elegir entre la limpieza y más PP, le tiembla el pulso y elige más PP. No le pedimos el voto a favor a Rivera, con la abstención nos vale para que Madrid tenga un presidente digno", ha declarado en la localidad murciana de Molina de Segura. En Murcia, de hecho, Cs hizo justo lo mismo que pretende hacer en Madrid. Y esa también es una de sus defensas.

Hasta el propio Gabilondo, reacio en un principio a la moción (Sánchez le empujó a aprovechar el momento para recuperar la iniciativa política) se ha subido a la ola con entusiasmo. El portavoz del PSOE en la Asamblea,  ha advertido de que tras la situación "difícil" en la que el PP ha dejado la Comunidad de Madrid hace falta "una alternativa, no solo un repuesto ni una reposición que vuelva a dejar las cosas como están", y ha instado a Cs a posibilitar que él sea presidente.

"No basta con reciclar, hay que transformar Madrid", y ha insistido en que su intención de ser candidato a la investidura de la Presidencia de la Comunidad no es por prisa personal o del partido, "es urgencia, que es mucho peor", porque entiende que la ciudadanía "no puede aguantar más", ya que "con máster o sin máster, con Cifuentes o sin Cifuentes", Madrid está paralizada.

Podemos, por su parte, ha pedido a Cs que abandone... su sectarismo. Sí, el partido morado quiere ahora ir de la mano de Cs en Madrid, quién lo hubiera dicho, porque lo importante es apoyar la formación de un gobierno "de transición democrática" en la región que ponga fin al "bochorno" de las últimas semanas. Errejón, ya en campaña, ha recordado la coincidencia entre ambos partidos en materia de regeneración democrática, lo que hace posible un acuerdo a pesar de las diferencias. "Ciudadanos tiene que dejarse de fichajes improvisados y ponerse a lo importante, un gran acuerdo entre fuerzas políticas democráticas", ha subrayado.

La realidad es que Pedro Sánchez pide a Rivera que colabore en Madrid pero en una entrevista el mismo día con el diario El Mundo considera que el PP no está tan mal, que se infravalora a los dos grandes partidos de siempre y compara a Rivera con Aznar. Justo cuando el propio Rajoy promete a los suyos que, una vez solucionados los PGE y el tema madrileño, centrará sus energías en atacar a Rivera.

La reacción del líder de Cs no se ha hecho esperar, consciente de que está en el punto de mira. "Sánchez haciéndole el boca a boca al PP para resucitar el bipartidismo; Rajoy prometiendo atacar más a Ciudadanos a partir de ahora. El régimen bipartidista se defiende frente a la mayoría de españoles que le dan la espalda y quieren una nueva etapa de ilusión y unión" ha confesado en twitter. El fuego cruzado ha comenzado. Volvemos a estar en campaña, de hecho llevamos en ella casi toda la legislatura. Y Rajoy, con el PNV de aliado en los PGE, tiene dos años para  evitar que la nave se hunda y el PSOE y Podemos frenar al nuevo capitán del centro derecha. Albert Rivera se llama. Por ahora.

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