"Platero and I", por Zenobia Camprubí

  • El 28 de octubre de 1956 fallecía Zenobia Camprubí, la mujer de la vida de Juan Ramón Jiménez, su complemento perfecto, interesada y dedicada a la cultura, que centró buena parte de su tarea en la traducción, faceta de la que ahora 58 años más tarde se desvela información inédita relacionada con 'Platero y yo'.

Laura Ramírez

Huelva, 29 oct.- El 28 de octubre de 1956 fallecía Zenobia Camprubí, la mujer de la vida de Juan Ramón Jiménez, su complemento perfecto, interesada y dedicada a la cultura, que centró buena parte de su tarea en la traducción, faceta de la que ahora 58 años más tarde se desvela información inédita relacionada con 'Platero y yo'.

De sobra es conocida la labor de traducción que desarrolló esta mujer de la obra de Rabindranath Tagore y, en menor medida, la relacionada con otros autores ingleses, sin embargo hoy, por primera vez, y con la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez como telón de fondo, se exhibe el resultado de una tarea desconocida, la que realizó de"Platero y yo".

Este espacio museístico de Moguer (Huelva), localidad natal del premio nobel, exhibe durante noviembre, algunas de las cuartillas manuscritas por Zenobia en las que la elegía andaluza se iba convirtiendo en "Platero and I".

En declaraciones a Efe, el director de la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez, Antonio Ramírez Almansa, ha explicado que estos documentos han sido "una de las sorpresas" que ha dado la digitalización de los fondos del poeta en la Universidad de Puerto Rico, y ha celebrado que este descubrimiento haya coincidido en el tiempo con la celebración del centenario de la primera edición de "Platero y yo".

Se trata de diez capítulos, entre ellos, algunos tan conocidos como el primero "Platero", en la que el poeta definía a su eterno compañero de aventuras, a los que hoy han puesto voz representantes de la Asociación de Mujeres Zenobia y alumnos del IES Francisco Garfias de Moguer.

Sobre su fecha, la investigadora juanrramoniana y escritora Emilia Cortés, explica que "no hay respuesta concluyente".

Se sabe que en febrero de 1915, dos meses después de que viera la la luz "Platero y yo" el poeta escribió a Camprubí, que al año siguiente sería su esposa: "¿Por qué no traduce usted 'Platero' al inglés? Me dicen varias americanas -en relación a las profesoras y alumnas del Instituto Internacional- que tendría éxito".

No se sabe si Zenobia reaccionó de manera inmediata a la pregunta, si bien, el hecho de que se sepa que estaba acostumbrada a alternar el trabajo de dos o más traducciones, hace pensar a los investigadores que "no sería descabellado que, inmersa en Tagore, se acercara a 'Platero' e hizo una selección, posiblemente a manera de prueba", aunque pudiera ser que entre la documentación digitalizada aparezcan nuevos documentos hasta completar la obra.

Si esto fuera cierto, estas traducciones tendrían prácticamente los mismos años que la obra, cien, un siglo durante el cual han permanecido a la sombra, durante el que "han dormido un sueño demasiado largo", dice Cortés, del que ahora se despiertan para el disfrute de todos los moguereños y visitantes. EFE

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