PNV y Bildu: retratados por sus propios programas

    • Tras las elecciones del pasado domingo, PNV y EH Bildu suman 48 escaños en el Parlamento más nacionalistade la historia de Euskadi.

    • Pero, ¿son compatibles sus programas o el lehendakari tendrá que buscar amigos puntuales más allá del soberanismo?
María Sorribes Catret

El triunfo en las elecciones deja al PNV la posibilidad de gobernar en solitario con un parlamento más nacionalista que nunca.

Eso sí, el futuro lehendakari deberá jugar a la gobernabilidad entre partidos porque, al margen del soberanismo, su aparente aliado -segundo triunfador en las urnas- difiere bastante en alcances y materias clave.

TERRORISMO

La posición de Bildu puede influir, por ejemplo, en el proceso final de la banda terrorista ETA. Con el programa en la mano, la coalición abertzale presionará al PNV para agilizar y adaptar a esta nueva fase de Paz la política penitenciaria y legislativa en relación a los presos.

"La fuerza que tenemos aquí es la que va a conseguir traer a nuestros presos", aseguró Mintegui. Su política pide "eliminar la política de dispersión, la detención incomunicada e implantar la excarcelación y amnistía del Acuerdo de Guernica".

Bildu se ha mostrado reacia a formular una condena explícita a ETA y es la única fuerza política con representación que no ha pedido su disolución.

Desde el PNV defienden "el respeto a las víctimas y la desaparición definitiva de ETA", pero también apuestan por la convivencia y la reinserción de presos". Iñigo Urkullu, instó al Gobierno central a premiar con una política penitenciaria diferente a "aquellos que elijan la vía del arrepentimiento público" como Otegui.

MATERIA ECONÓMICA

En materia económica, el debate ha girado sobre todo en torno a la fiscalidad. Ambos partidos defienden cambios en la política tributaria del País Vasco, pero difieren en su alcance.

El PNV aboga por emprender reformas sobre la base del sistema actual. Con ello pretenden que las diputaciones regulen la imposición indirecta, es decir, el IVA e impuestos especiales y no sólo la normativa del IRPF y Sociedades.

Mientras, Bildu apuesta por la soberanía fiscal plena. La coalición de izquierdas reitera en su programa la implantación de un impuesto de sucesiones y donaciones universal y progresivo, uno para Grandes Fortunas, la reforma del IRPF para convertirlo en un impuesto "más progresivo y solidario", "tolerancia cero" hacia el fraude y revindicar su presencia en el Ecofin.

MATERIA LINGÜÍSTICA

Ambas formaciones coinciden en apoyar el euskera, pero vuelven a diferir en las formas. El PNV defiende "una convivencia lingüística sin imposiciones" para alcanzar la paridad social entre euskera y castellano.

Y para ello, apunta una serie de medidas generales como "hacer el euskera atractivo o garantizar que los ciudadanos puedan utilizar el idioma que desee en su relación con la administración". Una opción que tilda de "menos radical" que la promovida por BILDU.

La izquierda abertzale de Laura Mintegui promueve una "política lingüística prioritaria, soberana sin injerencias externas". En ella, la coalición defiende la oficialidad única y la universalidad del conocimiento con "un criterio principal en sector laboral, de servicios, administrativo y de comunicación: que todo lo que pueda hacerse en euskera se haga en euskera, y únicamente cuando no se pueda hacer en euskera se hará en bilingüe".

Como ejemplo, todas las licencias de emisión en el sector audiovisual deberán ir unidas a una oferta en euskera de un 50% como mínimo. Desaparecería así, cualquier canal público con emisión íntegra en español como el EITB2.

EDUCACIÓN

Ambos partidos se oponen tajantemente a cualquier reforma del Gobierno nacional que suponga una vulneración del autogobierno o una "invasión competencial" en materia educativa. Por ejemplo, elevar el porcentaje de contenidos mínimos que establece el Estado.

Además, tanto PNV como Bildu defienden el currículo vasco como modelo educativo público basado en el euskera como eje central.

No obstante, desde Bildu sostienen que este modelo debe ser la única opción pública "para garantizar que alumnos y profesores se conviertan en euskaldunes plurilingües".

Mintegui se comprometió públicamente a "marginar" los modelos educativos que "sean discriminatorios con respecto a la lengua", en alusión a la enseñanza en castellano con el euskera como asignatura (Modelo A). Su coalición apuesta también por "eliminar" las ayudas a los conciertos en defensa de una "educación básica laica".

El PNV defiende, en cambio, un amplio consenso político y social para desarrollar "un sistema educativo basado en la excelencia": "Asentado en el acuerdo, la estabilidad y la convivencia entre centros públicos, concertados e ikastolas y modelos lingüísticos que incluyan el inglés, español y euskera".

MARCO INSTITUCIONAL

El PNV apuesta por ahondar en el autogobierno mediante la cesión de competencias del Estado central. Un "régimen de bilateralidad con el Estado español con forma de sistema de garantías recíprocas", define Urkullu. El futuro lehendakari sostiene que, ante la crisis, la urgencia a corto plazo es defender la línea roja: el Concierto Económico.

"Euskadi debe ser nación en Europa junto a las que piden paso, como Escocia, Flandes o Cataluña", subrayó Urkullu. Para ello, impulsarán una ponencia parlamentaria que deberá ser aprobada por el Parlamento vasco y sometido al refrendo popular en el año 2015.

Bildu, no incluye en su programa ningún capítulo específico sobre el autogobierno. Pero en sus declaraciones la coalición ha dejado clara su postura "irrenunciable": "Soberanía plena económica y política" sin plazos impuestos.

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