La cúpula del partido hace balance

Iglesias, del Teatro del Barrio a ser el "cabezón" del Consejo de Ministros

Unidas Podemos avisa que la legislatura será un continuo choque de trenes con el PSOE. No quieren una coalición basada en la sumisión. Quisieron enterrar el régimen del 78 y ahora tienen la llave de La Moncloa.

Iglesias, del Teatro del Barrio a ser el "cabezón" del Consejo de Ministros
Iglesias, del Teatro del Barrio a ser el "cabezón" del Consejo de Ministros
Dani Gago

17 de enero de 2014. Un grupo de politólogos de izquierdas se sube al escenario del Teatro del Barrio, en pleno Lavapiés, para lanzar una candidatura a las elecciones europeas. Pocos medios de comunicación les hacen caso. El acto pasa sin pena ni gloria por la prensa de papel y ocupa un espacio secundario en los digitales. Pablo Iglesias es presentado ese día como "profesor de la Complutense" o "tertuliano". Sin más. ¿Unos 'outsiders' que llaman a acabar con el régimen del 78? Pocos lo ven venir. Pero ellos si creyeron que había un hueco político. Y acertaron. "Algunos piensan que la política es una cosa de los políticos, unos señores encorbatados que ganan mucho dinero y encarnan unos privilegios; y que si la gente normal no hace política te la hacen otros. Y eso es peligrosísimo. Toca mover ficha. Voy a dar un paso adelante", anunciaba el hoy vicepresidente segundo. Así nacía Podemos, al calor del post 15-M. Apenas cuatro meses después conseguían sumar 1,2 millones de votos y cinco representantes en Bruselas. Atención a estos 'outsiders' que tienen recorrido, alertaron más tarde algunos. Han pasado seis años de estos hechos y ahora esos politólogos cuentan con cinco asientos en el Consejo de Ministros. Seis años en los que han perdido muchas plumas por el camino pero que han merecido la pena, dicen. Fuentes de la cúpula morada analizan en La Información la trayectoria de la formación, su pasado, presente y futuro. Esta es la historia de Podemos. 

Tras esas elecciones europeas del 25 de mayo de 2014 la cúpula de Podemos tuvo una reunión interna que en el partido definen como "importantísima" para el afianzar el proyecto. "Lo conseguido está bien pero tenemos que empezar a visitar España", decidió el grupo promotor. "La gente tiene que conocernos, es clave", admitiendo que ese resultado les había incluso sorprendido a ellos mismos. Fue entonces cuando comenzaron a organizar los famosos círculos, el nexo de unión del partido con sus votantes. Hasta entonces Podemos era únicamente el resultado de un fenómeno mediático-social pero era el momento de dar empaque a la iniciativa. Ese proceso acabó en Vistalegre 1. "Sí que teníamos una sensación de desborde", admiten. Iglesias llegó a ser portada de The New York Times y los sondeos les situaban en condiciones de ganar las generales. "Nos costó asumirlo", reconocen.

Podemos ha sido un fenómeno político único en España. La irrupción, la conformación del aparato tras Vistalegre 1 y la armonización como partido en Vistalegre 2. En esta segunda asamblea se consumaron dos hechos que explican qué es Podemos a día de hoy. El primero fue la negociación para conformar con PSOE y Ciudadanos un Gobierno alternativo al PP. El primer tren del poder que pasaba por Podemos. Era 2016 y no se subieron. Ahora, tres años más tarde, reconocen que "menos mal".  "Nos costó vencer a las tesis que querían ese Gobierno con Sánchez y [Albert] Rivera, pero lo hicimos", admiten. Eran los postulados errejonistas, que abogaban por la abstención morada. No lo consiguieron. Luego llegó la repetición electoral, el adiós de Sánchez de Ferraz y la investidura de Rajoy apoyada por el aparato del PSOE que había echado a su secretario general. El segundo hecho fue la traumática ruptura con Íñigo Errejón, uno de los fundadores, que costó superar a los de Iglesias. Varios meses instalados en "la bronca", la división. Mal camino para unos 'outsiders' que venían a regenerar la política. 

2017 fue un año en el que Podemos comenzó a construir su organización, tras el 'sorpasso' fallido al PSOE, y en el que también activó un poderosísimo equipo de comunicación. Las elecciones ya se no se juegan en el terreno de juego tradicional, pensaron, y apostaron por ello. Con fuerza, como nunca antes había hecho un partido político en España. Fue entonces cuando nació el 'pablismo' como lo conocemos hoy en día. Surgió la familia del Podemos actual. Nombres como Irene Montero, Pablo Echenique, Ione Belarra, Noelia Vera, Alberto Rodríguez, "el rastas"... Los pretorianos de Iglesias dieron un paso al frente para tomar las riendas de la formación.

¿Cómo consiguió quitarse Podemos la "mochila errejonista"? "Con el Tramabús y la moción de censura. Lo analizaron a conciencia en una Ejecutiva del partido: "No podemos seguir encerrados en el marco de la bronca permanente". Y plantearon ambas iniciativas: la del autobús de la corrupción, para retornar a sus orígenes; y la moción de censura a Rajoy, para potenciar el nuevo perfil de Irene Montero, hoy ministra de Igualdad. Fueron movimientos muy estudiados por los morados. La estrategia se amplió en los meses posteriores con la decisión de "vehicular los problemas de la sociedad civil al Congreso", explican las fuentes de la dirección. Una "evolución en las luchas sociales", "una vuelta de tuerca para intentar acercar esas reivindicaciones de la calle al poder legislativo". Una legislatura, la última de Rajoy, con "mucho foco legislativo" de la mano de otro pretoriano como Rafa Mayoral.

¿Cómo consiguió Podemos quitarse la "mochila errejonista"? Con el Tramabús y la moción de censura. Dos movimientos clave para iniciar el 'pablismo'

Fue así como Podemos llevó a las puertas del Congreso asuntos como el cierre de Alcoa, con Yolanda Díaz, hoy ministra de Trabajo, en primera línea; las protestas de los pensionistas, las de los afectados por las hipotecas, las de las demandas del taxi. "Apretar desde la calle", resume un alto cargo del partido. Se lo dijo el propio Iglesias a los agricultores el pasado mes de febrero: "Seguid apretando con manifestaciones y concentraciones. Ese es, precisamente, el mensaje que Podemos ha llevado al Gobierno. Si la legislatura pasada sirvió llevar los problemas de determinados colectivos al Parlamento, esta está sirviendo para "tocar la puerta del Consejo de Ministros". "Este es un Gobierno que escucha y que es sensible a los problemas", apuntan desde la dirección morada. Desahucios, suministros básicos y lo que queda por venir.

Para Iglesias no ha sido sencillo llegar hasta este estadio. En su entorno recuerdan el verano y otoño de 2019, el previo a la repetición electoral. Fueron los meses del insomnio de Sánchez. "Fue difícil salvar varios trágalas", rememoran. Dos especialmente: la batalla de los ministerios con el PSOE, cuando Unidas Podemos se negó a aceptar los llamados departamentos florero que le ofrecían los socialistas; y la lucha por la repetición electoral, cuando hasta incluso dentro del partido hubo dirigentes que se movieron para evitar unos nuevos comicios. Uno de ellos fue Alberto Garzón, hoy ministro de Consumo. Y no hay que olvidar los casos judiciales aún sin resolver, con Dina y Neurona como principales exponentes. Cuentan con tener noticias de ambos en unas semanas.

¿Cuál es el saldo del año de Gobierno que hace Podemos? "Sobresaliente", señalan desde la cúpula del partido, a pesar de que han tenido que navegar sobre algunas contradicciones. No tienen más remedio, el acuerdo de coalición fija que los asuntos de Estado los lleva Sánchez. "Hemos instaurado un modelo de coalición y estamos sembrando una cultura diferente", afirman los morados. Quieren diferenciarse del sistema "sumiso" que protagonizan PP y Cs en Madrid o Andalucía, por ejemplo. "Las discusiones son sanas para llegar a acuerdos". Avisan que este día a día va a ser la tónica habitual y que eso no significa que la coalición corra peligro: "Cuando haya algo importante que negociar vamos a hacer valer nuestro modesto peso". Es la italianización del Gobierno, una nueva cultura política que anticipa nuevas "peleas" en próximas semanas. La reforma de las pensiones será una. "Nosotros -advierten- vamos a seguir empujando a cabezazos, para eso nos han votado". Pero con los Presupuestos en la mano.

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