La 'Pokequedada' de Sol, el día en el que los frikis intentaron tomar la calle

  • Los miembros de la organización confesaban al final que habían rondado los 2.000 asistentes, tal vez más, pero lejos de los 5.000 esperados. Pero que sí habían batido el récord.

    Dentro de la heterogeneidad de los 2.000 asistentes había un patrón común: la inmensa mayoría quería demostrar que era más conocedor de la cultura friki que el resto.

La pokequedada de Sol, el día en el que los frikis intentaron tomar la calle
La pokequedada de Sol, el día en el que los frikis intentaron tomar la calle
Luis Díaz

Hace unos años cada vez que la gente acudía a la Puerta del Sol para protestar por la serie de recortes que se estaban realizando el baile de cifras entre organizadores y las administraciones públicas era una constante. Ahora, ya nadie protesta en Sol, y la gente toma el centro de Madrid para cazar pokémons. Eso sí, el baile de cifras continúa.

Las siete de la tarde era la hora en la que comenzaba la quedada que tanta expectación había generado, bajo el implacable sol correspondiente a un 28 de julio. Se calculaba que acudirían unas 5.000 personas. Los miembros de la organización confesaban al final que habían rondado los 2.000 asistentes, tal vez más. Pero que sí habían batido el récord. También afirman que el objetivo no es reunirse a cazar sin ton ni son, había fines más elevados.

Desde Fever, la aplicación que orquestó la 'Pokequedada', aseveraban que habían logrado el récord que hasta ayer ostentaba Sidney -con 2.000 personas-. Y que el objetivo era que los creadores soltasen algún pokémon legendario por Madrid, al más puro estilo San Fermín, pero móvil en mano. Pero resulta que en el parque del Retiro había una contra 'Pokequedada' que arrastró a gran parte de los posibles asistentes, lo que lastró el aforo final.

Tras acabar el evento hay balances que cifran la asistencia en 3.000 personas. Baile de cifras. Lo que está claro es que a esa hora en la Puerta del Sol pudo haber 3.000 personas, pero habría que contar a la ingente cantidad de turistas que pasan por allí -y se sumaban a la fiesta-. E incluso a Chase y Marshall, los hombres disfrazados de personajes de la Patrulla canina.

Pero lo cierto es que tras menos de un mes desde su lanzamiento, 'Pokémon Go' es capaz de reunir a cientos de personas con una asombrosa eficiencia. Una afluencia que provocó que la conexión no fuese la esperada y varios de los jugadores protestaban por la caída de los servidores, que, asqueados, decidieron marchar hacia el Retiro.

Sol era un muestrario de moda friki

Lo cierto es que la Puerta del Sol era un hervidero de chavales -y no tanto- 'smartphone' en mano, como si se tratase de una prolongación de su cuerpo. Gracias a la realidad aumentada podían evadirse de la realidad un momento y alcanzar unos objetivos bastante gratificantes. Como cazar un Zubat.

Aunque se haya alabado la capacidad de 'Pokémon Go' de sacar a la gente de sus casas para jugar en la calle y relacionarse, lo cierto es que los asistentes no eran muy proclives a entablar conversaciones entre desconocidos. Los usuarios de 'Pokémon Go' se cerraban en círculos, limitados a sus grupúsculos, o caminaban junto a sus compañeros de fatiga, pero parecía difícil iniciar una nueva amistad.

Dentro de la heterogeneidad de los 2.000 asistentes había un patrón común: la inmensa mayoría quería demostrar que era más conocedor de la cultura friki que el resto. Para ello que mejor que ataviarse con las mejores prendas de cada armario.

En desfile de moda friki abarcaba desde decenas de gorras de Ash Ketchum, el protagonista de la serie, o gorras de Pikachu; pasando por camisetas con la cara de Squirtle, de Jigglypuff o de Pikachu. También los había más sibaritas que optaban por prendas de la cultura japonesa como camisetas de Dragon Ball, Mario Bros o Death Note. Otros optaron por trasladar la realidad aumentada a otro nivel y llevaron sus peluches de pokémons, como Mew, Chikorita y, obviamente, Pikachu."Más que buscar pokémons, hay que buscar la justicia"

Al inicio de la velada la Policía se repartió por la Puerta del Sol, pero al comprobar que los asistentes distaban de los que concurren a un partido de fútbol decidieron retirarse paulatinamente. Pero lo cierto es que hubo más de un momento de euforia, coincidiendo todos con la captura de algún pokémon.

Frases como "No he visto un Bulbasaur en mi vida", "¿Qué pokémon es ese?", "Un Abra, chavales" o "No me jodas que se me ha quedado pillado" eran la tónica general. Pero de vez en cuando, tras un episodio de especial importancia, los amigos jaleban a un compañero que acababa de realizarse una gesta épica.

Es el caso de un usuario de 'Pokémon Go', que tras cazar un Mr. Mime empezó a gritar enloquecido "Mr. Mime", alargando la última vocal durante un buen rato. A la par que gritaba esto, inmortalizaba el momento para la historia grabándose con una cámara enganchada a un palo.

El contrapunto lo pusieron una decena de ancianos canosos, que llegaron en el punto álgido de la 'Pokequedada', en torno a las ocho de la tarde y se colocaron bajo la estatua ecuestre de Carlos III. Confirmaron que desconocían dicho evento multitudinario, pero ojalá hubiese suerte y fuesen ellos los que "cazasen" a algún joven para su causa.

Su objetivo era protestar contra una miríada de temas. Desde la corrupción hasta la educación -"Si educamos a los niños no tendremos que castigar a los hombres mañana", apuntaba uno de los carteles que llevaban-. Otro de los ancianos, más crítico con la juventud, sentenció que "Más que buscar pokémons, hay que buscar la justicia".

Por su parte, los ancianos también poseían una buena colección de merchandising republicano: gorras, pulseras o banderas tricolor ondeadaban al sofocante aire. Pero al contrario que el resto de jóvenes que campaban por la Puerta del Sol, sus conocimientos de tecnología eran limitados. Tardaron unos cuantos minutos en poner en marcha su altavoz, que una vez puesto en marcha empezó a emitir una serie de canciones protesta. Luego cogieron un micro y hablaron sobre la Memoria Histórica a los cazadores de pokémons.

Aunque estos ancianos no eran los únicos que sermoneaban a los pokemaníacos. A escasos metros un hombre encaramado a una caja daba lecciones sobre Dios y la vida después de la muerte. Contaba con un traductor, que con celeridad trasladaba su mensaje a inglés, para hacer llegar su mensaje a los turistas. Los jugadores de 'Pokémon Go' tampoco estaban muy interesados en este anuncio sobre la futura eternidad y optaron por continuar cazando pokémons. 

Mostrar comentarios