Un policía local, cerca de ser juzgado por matar a tiros a un perro que le atacó

El animal recibió tres disparos. /L.I.
El animal recibió tres disparos. /L.I.

Un juez ve base para enviar a juicio por maltrato animal a un policía local de Calafell (Tarragona) que mató a tiros a un perro peligroso de la raza rottweiler, sin dueño, sin bozal y sin atar, que deambulaba por la calle generando pánico en el vecindario y atacó al agente con una "agresividad desmedida".

En un auto de procedimiento abreviado, al que ha tenido acceso Efe, el titular del juzgado de instrucción número 6 de El Vendrell (Tarragona) ha dado por finalizada la instrucción por la muerte del perro, el pasado 11 de enero en la calle Empúries de Calafell, al concluir que los hechos imputados al agente, acusado de un delito de maltrato animal, son penalmente relevantes.

El juez deja así al policía local a las puertas de ir a juicio, pese a reconocer en su escrito que el agente actuó llevado por el "miedo" debido a la "agresividad desmedida" del animal, al que efectuó cinco disparos que le causaron una "muerte rápida", después de que un vecino llamara a la policía advirtiendo de que no podía salir de su casa con su hijo porque había un perro peligroso rondado por la zona.

El agente, defendido por Sandra Melgar, de Aranda, Melgar & Tàsies advocats, ha pedido que se archive el caso argumentando que su actuación estaba "más que justificada" ya que había una "evidente situación de peligro" para su integridad física y su vida y que disparó porque "no tuvo más remedio" para evitar "un mal mayor".

Alerta de un vecino

Un vecino de la calle Empúries de Calafell llamó a la policía local hacia las 16.00 horas del pasado 11 de enero alertando de que no podía salir de su casa con su hijo porque tenía miedo, ya que en la calle había un rottweiler suelto y sin bozal.

A su llegada al lugar, los policías comprobaron que se trataba del mismo perro de raza peligrosa por el que ya habían recibido cinco alertas en días previos por incidentes parecidos y que, según algunos testigos, era propiedad de una vecina de la misma calle, si bien este extremo no se ha podido constatar porque la mujer lo niega y el animal no tiene chip.

El agente investigado bajó del vehículo y se dirigió hacia la casa de la vecina que pensaban que era la dueña del perro, aunque no había nadie en el interior, momento en que el rottweiler se abalanzó hacia él mostrándole los dientes, sin darle tiempo a regresar a su vehículo, según el escrito del juez.

El perro saltó con un "evidente estado de agresividad intentando morderle las piernas" al policía, según el juez, que subraya que el agente lo pudo evitar inicialmente usando su porra, sin golpear al animal.

No obstante, como el perro "no cejaba en su empeño", según reconoce el juez, al agente no le bastaba con la porra para defenderse, por lo que tuvo que retroceder unos metros hasta llegar a la altura del domicilio del vecino que había llamado a la policía.

Con el agente cada vez más nervioso por la situación, según el auto, el perro hizo ademán de ir hacia el vehículo policial y atacar a su compañero, momento en que el investigado pudo sacar su arma reglamentaria.

El perro dio marcha atrás y se dirigió de nuevo hacia el policía investigado, a quien acorraló contra la pared, de modo que, "creyendo que podía morderle por la agresividad desmedida que mostraba, efectuó cinco disparos", tres de los cuales impactaron en el animal causándole "una muerte rápida", según sostiene el juez.

En su escrito, el juez admite, como alega la defensa, que no existía ningún protocolo en la policía local de Calafell sobre cómo intervenir ante perros peligrosos en la vía pública ni que recibieran ningún tipo de formación específica, pese a lo cual los propios policías requirieron la presencia de una protectora, que llegó cuando el perro ya estaba muerto.

Fue la asociación de Abogados en Defensa Animal de Tarragona (ADAT) la que denunció al policía por un delito de maltrato animal. Debido a la situación de riesgo que tuvo que afrontar, el agente tuvo que ser asistido en el servicio de urgencias ese mismo día, en que se le diagnosticó ansiedad y estuvo de baja laboral por la situación de "shock, agonía y estrés" sufrida, según su defensa.

Según la defensa, llevar a juicio al policía por este caso, en el que considera que no existen indicios de delito, supondría someterle "de forma ilógica a la pena de banquillo".

Mostrar comentarios