Políticos izquierda defienden participación ciudadana para mejorar democracia

Quito, 23 ago.- Los políticos colombianos Piedad Córdoba y Antonio Navarro, así como la argentina Mercedes de Medroño, vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, defendieron hoy en Quito la importancia de la participación ciudadana para mejorar la democracia en la región.

En el encuentro "Buenas prácticas de Participación Ciudadana en la Región", organizado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) de Ecuador, su vicepresidente, Fernando Cedeño, presentó a los tres extranjeros como "luchadores sociales".

En la cita, Córdoba, presidenta del Movimiento Colombianos por la Paz y exsenadora, comentó la importancia de que el eje central de las políticas públicas sea el ser humano y señaló que en democracia se debe hablar de participación ciudadana, transparencia y lucha contra la corrupción.

Dentro de esta última, dijo, se debe analizar también la participación del sector privado.

Al comentar experiencias de participación ciudadana, Antonio Navarro, excandidato presidencial de Colombia y exguerrillero, dijo que una vez que las personas se involucran en los procesos, por ejemplo de obras, se convierten en supervisores, lo que beneficia al desarrollo y la democracia.

A tenor de sus experiencias, Navarro dijo que una vez que la ciudadanía se involucra en los procesos y las decisiones, la participación se hace "irreversible".

"La gente se empodera y después no se deja quitar el derecho a tomar decisiones que tengan que ver con el uso de su dinero", indicó.

Los aplausos más sonoros en las intervenciones en el encuentro organizado por la CPCCS se los llevó Mercedes de Medroño con los conmovedores relatos de las vivencias de las Madres de la Plaza de Mayo en los que destacó la importancia de la solidaridad y de la participación ciudadana para enfrentar, incluso, las violaciones a los derechos humanos.

En abril pasado, la Asociación Madres de Plaza de Mayo cumplió 35 años de la primera vez que se reunieron para reclamar a la dictadura argentina por sus hijos desaparecidos.

Después de hacerse visibles en el mundo, en 1986, durante el Gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, la agrupación se dividió en dos tras la aprobación de una ley de reparación económica a los familiares de los asesinados y desaparecidos y a quienes habían sufrido encarcelamiento y torturas por sus ideas políticas.

Mientras la Asociación Madres de Plaza de Mayo se negó a recibir el resarcimiento, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora dejaron en cada familiar de las víctimas la decisión de aceptarlo.

"A la vida no se le puede poner precio, porque, si no, el capitalismo te mata y te paga", dijo Mercedes de Medroño al apuntar que en "América Latina hubo genocidio", algo que no se debe "olvidar ni perdonar", subrayó.

Aclaró que la Asociación no está de acuerdo con la pena de muerte: "No queremos la pena de muerte ni para los asesinos, pero sí los queremos en la cárcel común como cualquier asesino", señaló.