El futbolista había firmado el pasado marzo por un club de segunda división, el Boa Esporte, y debutó este mes de abril habiendo jugado varios compromisos ligueros hasta ahora.
Sin embargo, Fernandes decidió entregarse a la policía tras la decisión del juzgado, que consideró "inviable" dejarle en libertad. Hasta ahora, se había mantenido en la pequeña ciudad de Varginha y no ha sido detenido previamente porque la policía no contaba con el papeleo pertinente.
"Vino a la comisaría pero no teníamos los documentos necesarios para retenerle. Se desplazó al hotel en el que estan los jugadores y mañana al mediodía se presentará ante el juez en los juzgados", declaró Thiago Gomes, investigador policial.
El Tribunal Supremo de Brasil decidió tras votación desestimar una regla apelativa presentada el pasado febrero que permitía a Fernandes abandonar la cárcel, una decisión que "restablece la custodia de Bruno", tal y como expresó el tribunal en un comunicado.
Fernandes, que consiguió el título de liga brasileña con el Flamengo en 2009, fue arrestado en 2010 y acusado culpable de asesinar a su expareja, madre de su hijo, y dar de comer con su cuerpo a sus perros.
Dadas las circunstancias, el Boa Esporte no ha hecho público ningún comentario al respecto, mientras medios de comunicación locales anunciaron que el entrenamiento del equipo del martes por la tarde había sido suspendido.
El abogado defensor de Fernandes, Lucio Adolfo da Silva, aseguró a la página web del proovedor de servicios brasileño UOL que recurrirá la decisión del tribunal.
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