Portugal prevé una mayor caída de su PIB, mientras la presión social crece

  • Portugal, que vive la peor recesión de su historia reciente, prevé una caída de la economía en 2012 mayor de la esperado -unas seis décimas más, hasta el 2,8 %-, mientras que la presión social crece en el país, donde los principales sindicatos preparan una huelga general.

Lisboa, 17 oct.- Portugal, que vive la peor recesión de su historia reciente, prevé una caída de la economía en 2012 mayor de la esperado -unas seis décimas más, hasta el 2,8 %-, mientras que la presión social crece en el país, donde los principales sindicatos preparan una huelga general.

El Gobierno conservador portugués divulgó hoy las previsiones macroeconómicas más sombrías de su historia contemporánea en las que también se recoge un significativo aumento de la tasa de desempleo, del 12,5 esperado para este año al 13,4 % para 2012.

El ministro de Finanzas de Portugal, Vítor Gaspar, fue el encargado de presentar las proyecciones incluidas en el Presupuesto estatal del 2012, el más duro de las últimas décadas y ante el que los portugueses han reaccionado con indignación.

Resolver la situación económica lusa es "fundamental no sólo para Portugal sino también para Europa", advirtió el ministro durante su larga intervención en la que justificó los bruscos ajustes que propone para cumplir con la reducción del déficit, del 9,8 % del PIB en 2010 al 4,6 % en 2012.

"Fallar las metas no es un opción por sus consecuencias devastadoras", alertó el responsable de Finanzas, quien constató que Portugal "no tiene casi acceso" a la financiación en los mercados, por lo que depende de los 78.000 millones de euros prestados por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Gaspar explicó que las medidas fiscales se endurecieron debido a los inesperados desvíos presupuestarios de 3.400 millones de euros registrados en el primer semestre del 2011 -bajo Gobierno socialista-, aunque apuntó que a partir del 2012 la economía empezará a remontar con un crecimiento positivo "moderado".

"Es necesario corregir los desequilibrios que acumulamos a lo largo de más de una década", concluyó.

Los enésimos ajustes portugueses ponen acento en una subida generalizada de los impuestos y cuenta con polémicas medidas extraordinarias, que ya habían sido anunciadas el pasado jueves por el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho.

La supresión de las pagas extra de funcionarios, empleados públicos y pensionistas que ganen más de 1.000 euros mensuales, la reducción de los festivos y el aumento no remunerado de la jornada diaria en media hora en el sector privado figuran entre las iniciativas más indigestas para los portugueses.

El Presupuesto contempla también una subida del IVA en varios productos y servicios (del 13 % al 23 %), una reducción de las deducciones fiscales, una subida de la edad mínima de la jubilación a los 57 años y una caída en las transferencias de los fondos estatales para los municipios y las regiones autónomas.

Asimismo, se confirma una reducción de cerca del 8 % en el presupuesto en Educación y Sanidad para el año próximo, un aumento del 4 % en la factura de la luz y una subida del impuesto sobre los vehículos (7,6 al 12,4 %).

El documento pronostica además unas necesidades de financiación estatal de 17.400 millones, 1.300 millones menos que en 2011.

El plan de ajuste de 2012 ha recibido fuertes críticas del resto de los partidos de la oposición -de tendencia de izquierda-, de los principales sindicatos y de los movimientos sociales.

La principal fuerza de la oposición, el Partido Socialista (PS), se opuso frontalmente a las medidas propuestas, que, no obstante, serán previsiblemente aprobadas por la mayoría parlamentaria de los dos partidos del Gobierno, el Social Demócrata (PSD) y los democristianos del CDS-PP.

"La injusticia" y "violencia" del plan ha provocado que la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, de orientación comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) hayan acordado hoy la realización de una huelga general, cuya fecha se anunciará este miércoles.

Las dos centrales, que cuentan con cerca de un millón de afiliados en un país de 10,5 millones de habitantes, ya convocaron de forma conjunta una huelga general por primera vez en 22 años el pasado 24 de noviembre, entonces contra la política del Gobierno socialista de José Sócrates.

Al malestar de los sindicatos, se ha unido el del movimiento de "los indignados", que el pasado sábado realizaron una multitudinaria manifestación y que desde el fin de semana están apostados en las inmediaciones del parlamento luso como gesto de protesta.

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