El golpe, posibilidad de salvar a Turquía de la polarización, dice jefe opositor a la AFP

El golpe frustrado representa una ocasión única de poner fin a la peligrosa polarización de la vida política turca, declaró a la AFP el miércoles el dirigente del principal partido de oposición luego de un encuentro con el presidente Recep Tayyip Erdogan.

"Hay una real polarización en Turquía y Turquía debe ser salvada de esa polarización", declaró el jefe del Partido republicano del pueblo (CHP), Kemal Kilicdaroglu, en entrevista con la AFP en la sede general del partido en Ankara.

Turcos de diferentes afiliaciones políticas salieron masivamente a las calles en la noche del 15 al 16 de julio para expresar su oposición a los golpistas, una excepcional manifestación de unidad en un país dividido.

"Espero que sacaremos todas las lecciones de estos acontecimientos, incluso quienes gobiernan al país", agregó en referencia al partido islamo-conservador AKP del presidente Erdogan.

Luego de haber rechazado poner sus pies "en el palacio ilegal" del presidente turco, a quien calificó de "dictador de pacotilla", el jefe de la oposición efectuó un giro de 180 grados al aceptar entrevistarse con él el lunes, en Ankara, para trabajar por la unidad nacional.

"Criticaré a Erdogan y no dejaré de criticarlo. Fui a su palacio para restaurar la normalidad en Turquía, por la seguridad del país y para que estemos seguros de que no vuelva a producirse un nuevo golpe de Estado", dijo.

Si ambas partes tienen la "intención de tener relaciones más calurosas", eso debe traducirse en hechos concretos.

Según un responsable turco que prefirió conservar el anonimato, el jefe de Estado pensaría en retirar las demandas por difamación presentadas contra jefes de la oposición.

Antes de la tentativa de golpe de Estado, la polarización en Turquía había alcanzado fuerte intensidad, con partidos políticos que se se insultaban casi cotidianamente y un fuerte protagonismo en torno a la personalidad del presidente Erdogan, tan amado como odiado.

Además, la reanudación el verano de 2015 del conflicto con los kurdos, una importante minoría muy presente en el sureste del país, reavivó las tensiones.

Los alevís, minoría chiita en un país mayoritariamente sunita, se quejan también de discriminación.

"Siempre hubo una polarización en la política turca pues estaba centrada alrededor de la religión y la etnia, pero debemos cambiar de imagen", insiste Kilicdaroglu.

El CHP fue fundado en 1923 por el líder turco Mustafa Kemal Atatürk y se considera como el guardián de la laicidad y de la orientación pro-occidental que constituyeron los pilares de la república turca.

Pero ante el incremento del poder del partido islamo-conservador del presidente Erdogan, el CHP perdió terreno.

Kilicdaroglu logró estabilizar al partido en 2010, pero su formación logró menos del 25% de los sufragios en las legislativas de 2015.

Kilicdaroglu pidió a las autoridades respetar el Estado de derecho, ante las decenas de órdenes de captura lanzadas contra periodistas la detención de más de 15.000 personas.

"Fue un error hacer un golpe de Estado, pero un país que cree en el Estado de derecho debe abogar a favor del Estado de derecho incluso para los golpistas", dijo.

"Detener periodistas, poner gente en detención provisional, llenar las cárceles con miles de personas diciendo que 'eso no tiene importancia', no es correcto", agregó el líder opositor.

"Si tratamos mal a los golpistas, entonces no hay diferencia entre ellos y nosotros", concluyó.

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