Del 'mea culpa' de Casado a regresar al centro (huyendo de la "ultraderecha")

Pablo Casado y Teodoro García Egea
Pablo Casado y Teodoro García Egea
EFE/Emilio Naranjo

Media mañana en Madrid, caras de duelo en Génova 13. El Comité Ejecutivo del Partido Popular asistió ayer a lo más parecido a un funeral tras los malos resultados de las últimas elecciones generales. Era un cónclave trascendental tras lo ocurrido el domingo, donde el partido cosechó el peor resultado de su historia. Había que hacer catarsis y Pablo Casado reaccionó rápido, nombrando nuevos equipos para la próxima cita electoral (Cuca Gamarra e Isabel García Tejerina) y cambiando el lema de la campaña: "Centrados en tu futuro".

Barones, presidentes regionales, alcaldes... En el ambiente, dos claves fundamentales: el papel jugado por Pablo Casado en el desastre del 28-A y cómo centrar, aunque ya tarde, el partido, huyendo de planteamientos más próximos a la "ultraderecha" (palabra utilizada en la reunión por el presidente popular) de Santiago Abascal y Vox, que, visto lo visto y unido a otros factores, ha sido una ratonera electoral para los populares.

"Se ha hecho autocrítica; ha habido absoluta libertad para hacer el planteamiento que cada uno ha querido. Unos han optado por mirar hacia adelante, sin más, y, otros, por reorientar al partido, centrándolo", afirma uno de los participantes en la reunión ejecutiva de la formación que fue a puerta cerrada y en la que hubo un cierre de filas en torno al líder Casado, al menos hasta el 26 de mayo.

Entre los críticos con el reciente alineamiento con posiciones más extremas estuvieron dos barones: el presidente del PP en el País Vasco, Alfonso Alonso; y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, que vive ya de lleno la presencia de Vox en la cámara regional. El caso de Alonso ha sido singular, ya que ha tenido que ver cómo la debacle electoral ha dejado a los suyos sin representación en el Congreso de los Diputados.

"Nosotros somos los centristas; otros [Ciudadanos] son los socialdemócratas y, los de más allá [Vox], los extremistas", dicen fuentes conocedoras de la reunión, en la que Casado se ha arrogado toda la responsabiliodad sobre el patinazo en las urnas. "Yo soy el responsable de todo", trasladó a su equipo entonando el 'mea culpa'. Mayoritariamente, los populares han cerrado filas con el abulense, apostando por 'darle vida' más allá de los escasos nueve meses que lleva al frente de la organización. 

En el cónclave, "nadie ha apostado por posiciones extremas que nos han llevado donde ahora estamos", dicen las mimas fuentes. Se ha hecho caso, por tanto, a Alberto Núñez Feijóo, el gran barón del PP, el único que gobierna con mayoría absoluta, que apostó por regresar al centro. Fue el gran ausente de Comité Ejecutivo por 'culpa' de una sesión de control, aunque desde por la mañana ya había lanzado su mensaje desde las puertas del Parlamento gallego. La ausencia de AVE solo fue la explicación.

El vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, se convirtió en el más observado en el Comité Ejecutivo, aunque ni él habría hablado en su defensa ni ninguno de los convidados a Génova habría pedido su cabeza. Maroto fue sido el artífice de la campaña "más a la derecha", ahora puesta en entredicho por los de Casado. "Valor seguro" fue el eslogan electoral. Tal vez no hubo castigo en Génova, pero si habrá penitencia pública en esta legislatura: Maroto se ha quedado sin acta de diputado. 

La exministra Isabel García TejerinaCuca Gamarra, alcaldesa de Logroño, han sido las designadas para enderezar la nave de cara a las municipales, autonómicas y europeas. El 26 de mayo la formación conservadora se juega gran parte de su futuro inmediato si pierde algunos de sus bastiones históricos, como la Comunidad de Madrid, Castilla y León o la Región de Murcia, además de importantes consistorios.

Una intervención importante, por cierto, fue la de la expresidenta del Congreso Ana Pastor, siempre mediadora y amiga personal de Rajoy. La gallega rompió una lanza por la unidad y la lealtad a Casado, con los ojos puestos en centrar a la formación. El 26-M, con los nuevos resultados de las urnas sobre la mesa, Génova volverá a hablar.

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