Primeras críticas internas

El ala liberal del PP tacha el plan Feijóo de socialdemócrata y rechaza a Montoro

Un sector del partido rechaza el cheque de hasta 300 euros o la deflactación selectiva del IRPF. También se oponen a que exministros como Montoro colaboren en el diseño de la política económica en la oposición

Alberto Núñez Feijóo, PP
Alberto Núñez Feijóo, PP
Europa Press

El primer plan económico del nuevo PP ha provocado un mar de fondo en el seno del partido. Las medidas que ha planteado Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez para intentar atajar la inflación no son del agrado de todos los cuadros medios, que consideran que algunas de ellas son directamente "socialdemócratas". Especial rechazo han provocado en el ala más liberal de la formación, según explican a La Información fuentes internas, que consideran que el timón económico, al menos en estos primeros compases, de la renovada cúpula de Génova debería ser otro.

El plan fiscal que Alberto Nuñez Feijóo envió el pasado viernes a Moncloa ha provocado alguna disfunción interna en una área concreta del PP. El sector más liberal, que cuenta con importantes representantes en el grupo parlamentario en el Congreso, rechaza alguna de las medidas que la nueva cúpula del PP plasmó en el documento de 41 páginas con la idea de negociar con el Gobierno el voto definitivo en la convalidación del decreto económico. Son las primeras críticas a la nueva ejecutiva tras el desembarco del gallego en la séptima planta de la calle Génova.

Fue un plan diseñado por Juan Bravo, el nuevo hombre fuerte en materia económica del PP, que no ha contado con la aquiescencia de todos. Presidente y vicesecretario económico cocinaron un documento sin contar con los actuales cuadros medios del partido. Echaron mano, eso sí, de exministros y secretarios de Estado del Gobierno de Mariano Rajoy. Nombres como Cristóbal Montoro, Fátima Báñez o los hermanos Alberto y Álvaro Nadal (aunque alguna fuentes les desvinculan de esta nueva etapa) que fueron condenados al ostracismo durante la era de Pablo Casado y Teodoro García Egea y que ahora vuelven a contar para el partido.

Alguno de estos ministros redactó en los últimos días papeles para Génova o aportó ideas a Feijóo, Bravo y Cuca Gamarra, la secretaria general que está cohesionando a estas familias. Y eso es lo que no se termina de ver con buenos ojos en ese ala más liberal del partido. "¿Cuántos votos nos da Montoro?", se pregunta un cargo medio del partido que siempre ha presumido de representar ese liberalismo. "Su etapa ya pasó", comentan. De momento son ayudas puntuales, ya que Bravo aún no ha configurado su equipo económico en Génova. En el Congreso tampoco se ha dilucidado cómo quedará el grupo que hará oposición al Gobierno ni quién confrontará con Nadia Calviño, Yolanda Díaz o Teresa Ribera en las sesiones de control de los miércoles o en las comisiones. Lo único que se da por supuesto es que Gamarra será quien pregunte y contrargumente a Sánchez en esas citas.

Respecto a las medidas contenidas en el plan fiscal de Feijóo dos son, esencialmente, las que han encendido las alarmas en ese sector crítico. Una es la deflactación selectiva de la tarifa del IRPF. El documento dice así: "Se podría estudiar una nueva tarifa, incluso deflactando tan solo los primeros tramos (hasta el tercer tramo de la tarifa que llega hasta bases liquidables de 40.000 euros aproximadamente, lo que provocaría un aumento de la progresividad), de manera que se beneficien especialmente a las personas con menor renta". No entienden por qué sólo a los tramos más bajos y se ha optado por dejar fuera, por ejemplo, a profesionales cualificados. Es decir, su apuesta es que si se deflacta, se deflacta para todos, no sólo para unos pocos.

Pero, sin duda, la propuesta que más ampollas ha provocado es la del cheque de entre 200 y 300 euros anuales para las rentas más bajas. Feijóo se lo plantea a Sánchez como un “impuesto negativo articulado como pago anticipado para personas especialmente desprotegidas por el incremento del IPC” pero el ala liberal del PP no termina de verlo. Consideran que es una medida que no es propia del partido, sino más bien de Unidas Podemos, que la llegó a plantear y que la pudo introducir, de hecho, en el decreto cuya convalidación se vota este jueves en el Congreso para los perceptores del Ingreso Mínimo Vital.

Pese a estas críticas internas, la nueva cúpula del PP es consciente de que el documento enviado el viernes a Moncloa no es el vademécum con el que competirá con Sánchez lo que queda de legislatura. Asumen en Génova que este plan está pensado para un momento de emergencia económica, con la inflación marcando récords. El programa económico que Feijóo y Bravo irán desarrollando en el próximo año y medio tendrá en cuenta otras variables, por lo que esperan poder atender estas demandas del ala más liberal de la formación. Algún exalto cargo del Gobierno ha recomendado a los renovados dirigentes populares dejar claro que son medidas excepcionales pensadas para un momento excepcional.

Habrá una catarsis en Génova, con un desembarco masivo de asesores gallegos y andaluces

Mientras Génova espera la respuesta de Moncloa, ahora mismo centrada en solucionar la crisis del espionaje y con la convalidación del decreto de la guerra aún en el aire, el PP comienza a rehacer sus equipos. En la sede central habrá una catarsis, con un desembarco masivo de asesores gallegos y andaluces. Mientras, los ex que participaron en la 'war room' durante la etapa de Casado y García Egea empiezan a mirar a otros destinos: algunos se irán al grupo parlamentario, otros a alguna consejería autonómica o algún grupo municipal y un tercer grupo mueve ya sus contactos para desembarcar en la empresa privada consciente de que esta etapa es otra y poco se parecerá a la anterior.

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