Cristóbal Montoro, Fátima Báñez y Álvaro Nadal se marchan de la política sin acumular grandes patrimonios ni disponer de envidiables cuentas bancarias. El triunvirato económico que dirigió la política sectorial de los dos gobiernos de Mariano Rajoy ha tenido que publicar su declaración de bienes, una vez que han abandonado la cosa pública para tomar diferentes caminos. Disponen, así, de varias propiedades, algunas de ellas heredadas, e inversiones tras dedicar la práctica totalidad de su vida profesional al PP.
El exministro de Hacienda es el más veterano de ellos. Montoro, cuentan en su entorno, sigue pensando a qué dedicar sus próximos años profesionales. No descarta la jubilación parcial y mientras se está prodigando en algunas conferencias. También quiere escribir un libro sobre el legado económico de los populares. En cuanto a sus rentas, el responsable de los Presupuestos actualmente en vigor cobró en 2018 un total de 72.228,91 euros como ministro de Hacienda y Función Pública y diputado, a los que hay que sumar los dividendos de acciones cotizadas, 475,15 euros; y el alquiler de una vivienda, 6.613 euros. En total, pagó algo más de 20.000 euros de IRPF.
Montoro dispone de seis propiedades, todas ellas adquiridas antes de llegar al Gobierno de Rajoy. En Madrid cuenta con cuatro bienes: un piso comprado en 2005, un chalet adosado adquirido en el 86, una plaza de garaje comprada en el 82 y una vivienda que heredó en el 97. En Alicante también posee un piso al 50%, así como su respectiva plaza de garaje. Ambos los heredó en el mismo 97.
El exministro de Hacienda más longevo de la democracia tiene en el banco 70.000 euros, menos, por ejemplo, que Irene Montero, y también dispone de sus inversiones: dos fondos de pensiones por 213.000 y 64.000 euros y acciones por valor de 8.900 euros. Conduce un Mercedes ML CDI que compró de ocasión en 2007. El exdiputado informa en su última declaración de vienes que ha devengado tres años y ocho meses de un plan de pensiones con aportación privada en el Parlamento Europeo con un valor de unos 126.000 euros.
Fátima Báñez, por su parte, cobró el año pasado casi 65.000 euros como ministra de Empleo y Seguridad Social, diputada y miembro del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. A ese sueldo hay que añadir una plusvalía por la expropiación de una finca de secano por 123.984,39 euros. En total tuvo que pagar 18.300 euros de IRPF.
Entre las propiedades de la onubense se encuentran una vivienda en Huelva y el 50% de otra en Madrid. Y una mínima parte, un 2,7%, de cuatro viviendas, un solar y dos fincas de secano en su provincia natal. Todos estos bienes fueron adquiridos o incorporados a su patrimonio antes de entrar en el equipo de Rajoy.
Báñez acumula en el banco 150.000 euros, entre imposiciones y cuentas corrientes, y tiene 78.523 euros invertidos en una sociedad familiar. También contrató un fondo de inversión en deuda pública de 180.000 euros. Su coche es un Mercedes A de 2010. La exministra, además, aún tiene que devolver 44.000 euros de una hipoteca que solicitó al Banco Santander en 2004.
Álvaro Nadal, por su parte, especifica en su última declaración de bienes que ganó 4.200 euros al mes como ministro y 800 euros mensuales como diputado. En intereses percibió 69 euros y 700 euros al mes procedentes del alquiler de un inmueble. En total tuvo que pagar 15.479 euros de IRPF.
En la lista de bienes patrimoniales del exministro de Energía se encuentran seis viviendas: dos en propiedad al 50% localizadas en Madrid, otras dos también en la capital que recibió en herencia y de las que dispone de la mitad; y dos nudas propiedades del 25% de sendas viviendas localizadas en Segovia y Madrid. Nadal, que se marchará a la Oficina Comercial de Londres, tiene 45.000 euros en el banco y 72.500 euros invertidos en acciones y planes de pensiones. En 2018 se compró un Opel Mokka.
Este es el patrimonio de las tres personas que más poder económico tuvieron durante las dos últimas legislaturas del PP. Son bienes y rentas alejados de los de otros políticos que acaban de llegar al Congreso, como es el caso de su compañero de filas Adolfo Suárez Illana o del diputado de Ciudadanos, Marcos de Quinto.
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