Año I de la sentencia de la Gürtel: cómo vivieron PSOE y PP los días de infarto

  • Miembros de los equipos de Sánchez y Rajoy cuentan su experiencia durante las horas posteriores a la aprobación de los Presupuestos con ayuda del PNV.
Sánchez y Rajoy
Sánchez y Rajoy
EFE

El 24 de mayo de 2018 quedará marcado en la historia del PP y de la política española. Ese jueves, a las 11:27 de la mañana, la Audiencia Nacional emitía la sentencia de la época I del caso Gürtel: la formación fue condenada como participe a título lucrativo de los delitos que cometió la red liderada por Francisco Correa. Ese día el país vivió un seísmo que cambió todo. Fueron horas de tensión, reuniones, nervios, estrategia... Que acabaron en una moción de censura que se llevó por delante al Gobierno de Mariano Rajoy. Diferentes protagonistas rememoran para La Información cómo vivieron aquellos días de infarto.

La sentencia cayó como una bomba en Génova y en Moncloa. El golpe mediático fue fuerte, con todos los medios abriendo a cinco columnas sus ediciones digitales con la noticia. Las miradas se dirigieron entonces hacia Rajoy, que dio el visto bueno a la publicación de un breve comunicado minutos después de la sentencia: "El Partido Popular anuncia que recurrirá la sentencia de la Audiencia Nacional en lo que respecta a su responsabilidad civil. Manifiesta una vez más su respeto a los tribunales y sus resoluciones judiciales, pero –en este caso- no comparte su contenido". El objetivo era desvincular al partido y al Gobierno de la corrupción: "Ningún miembro de la dirección actual o direcciones pasadas ha sido imputado en esta causa, y algunos acudieron al juicio como testigos, lo que acredita una absoluta falta de responsabilidad en los hechos juzgados", defendían en ese mismo texto.

Habla un fontanero de Moncloa que vivió esas horas en el palacio presidencial: "Esa mañana fue tensa. Veníamos de aprobar ese miércoles los Presupuestos doblando el brazo al PNV, que había dicho que no lo haría con el artículo 155 en vigor". La alegría de conseguir sacar adelante las cuentas públicas le duró a los populares, por tanto, apenas 24 horas. Albert Rivera fue el más rápido y el que, según creen en el PP, agitó el avispero. "Hay un antes y un después en nuestra relación con el gobierno", dijo el líder de Cs antes del mediodía.

En Ferraz Pedro Sánchez se encerró con su núcleo duro. Estaban José Luis Ábalos, Adriana Lastra y Juanma Serrano. También Iván Redondo. Guardaron un silencio sospechoso. Es como si el PSOE no hubiera existido durante esa mañana. El secretario general había estado a primera hora de la mañana en la Cadena SER y lo único que hizo más tarde fue lanzar este mensaje. "El PSOE está donde se le espera":

El silencio fue totalmente buscado. Sánchez habló con varios barones y calibró los pros y contras de presentar la moción de censura. Así explica esas horas un socialista, hoy en un alto puesto de la Administración: "No había tiempo que perder ni espacio. O estabas con el Gobierno soportado por el único partido de Europa condenado por corrupción o estabas en contra. No cabía la 'razón de Estado'. Resignación cómplice o rechazo. Y se optó por el rechazo". Pero con cautela. La primera reacción en público llega en forma de tuit a las tres de la tarde:

Sánchez llamó durante esa tarde a su Ejecutiva, según cuentan todos los miembros de la dirección consultados. Quiso saber su opinión antes de dar el paso decisivo. Y todos le dieron el visto bueno. De esta forma, a primera hora de la mañana del viernes 25 de mayo, sin convocar a la prensa, el PSOE presentó la moción de censura en el Congreso de los Diputados. ¿Por qué se hizo así, con ese silencio? "Era cuestión de decisión, audacia y coraje", explican desde la Ejecutiva socialista, recordando que el objetivo era adelantarse a Ciudadanos. Podemos no era rival, ya que había presentado una moción de censura y no podía hacerlo otra vez. Unos minutos más tarde de registrarla en el Congreso, Sánchez reunió a su Ejecutiva en Ferraz para ratificar la estrategia previamente pactada vía telefónica.

¿Se esperaba Moncloa y el PP que la moción fuera a prosperar? "Claro que no", recuerda un exministro de Rajoy. "¿Cómo íbamos a pensar que el PNV fuera a traicionarnos cuando habíamos pactado los Presupuestos con ellos unas horas antes?", apunta, por su parte, un excargo de Moncloa. El papel de los nacionalistas vascos, con solo cinco diputados, fue, en efecto, esencial para que Sánchez saliera elegido presidente del Gobierno. Por eso, ese mismo viernes Ferraz inició la 'operación cortejo' de los 'jeltzales'. "Todos hablamos con quienes teníamos ascendencia", cuenta un secretario del PSOE.

El PP hizo lo propio y contactó con Sabin Etxea para conocer la pulsión del partido. Enseguida comprobaron que desde Bilbao comenzaron a recibir las primeras largas. El lunes, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, decidió fijar el debate de la moción para el jueves 30 de mayo. Dio tres días al PSOE para convencer al PNV. Pero en el Gobierno popular empiezan a surgir las primeras dudas. Así lo recuerda un alto cargo de un Ministerio del área económica: "Yo empecé a recoger mis cosas del despacho el martes y a preparar el traspaso de poderes. Sabía que nos íbamos y más conociendo al PNV".

En el PSOE son contundentes: "Pedro creía que había que echar a Rajoy ya por higiene democrática. Y llegó ofrecerle una salida". En efecto, Sánchez le planteó al entonces presidente  del Gobierno en dos ocasiones durante el debate que si dimitía retiraba la moción de censura. Pero Rajoy se negó, algo que todavía sigue provocando dudas entre los populares. ¿Por qué no se sacrificó en ese momento y dio paso a otro candidato? ¿Hubiera sido Soraya Sáenz de Santamaría? ¿O María Dolores de Cospedal? Es la gran incógnita que rodeará al PP, a menos que Rajoy decida contarlo algún día.

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