Génova prepara un nuevo ajuste de la plantilla por la vuelta de cargos de Rajoy

  • Cientos de trabajadores nombrados a dedo han abandonado sus puestos en Moncloa y los ministerios, pero en el PP no hay hueco para todos ellos.
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Sede del PP en la calle Génova de Madrid / EFE

Centenares o incluso miles de cargos del antiguo Gobierno de Mariano Rajoy, tales como jefes de gabinete, directores de comunicación, 'fontaneros' o asesores, han abandonado a lo largo de esta semana sus trabajos pasando el testigo a sus sustitutos designados por el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez. Muchos de ellos se irán al paro, pero otros muchos miran a Génova, donde aspiran a recolocarse tras una moción de censura que triunfó de forma inesperada y que todavía mantiene al partido en estado de 'shock'.

Ha pasado una semana y muchos de estos trabajadores no terminan de asimilar que su cese se vaya a publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en las próximas horas, sino se ha publicado ya. El problema con el que se están encontrando en el PP es que la plantilla del partido ya se encuentra ajustada al máximo y que no va a haber hueco para todos ellos. Solo se salvarán unos pocos elegidos de la 'quema'.

El PP cuenta actualmente con unos 400 trabajadores en nómina y solo del Gobierno podrían salir más de 4.000 cargos y asesores, según algunas estimaciones. Son todos puestos de libre designación, nombrados a dedo, y que siempre cambian cuando se produce el relevo en La Moncloa y en los ministerios. Solo en el gabinete del presidente había 250 asesores que ya estaban buscando un hueco desde la marcha de Jorge Moragas en diciembre. Ahora se suman a ellos personal del Ministerio de Hacienda, Economía, Defensa, Empleo...

Algunos afortunados que saldrán de manera forzada del Gobierno disfrutan de una excedencia en sus anteriores empresas. Otros son funcionarios (como diplomáticos) y disponen de su plaza en la función pública. Pero también hay asesores que fueron fichados para ocupar cargos de responsabilidad en el Ejecutivo de Rajoy y que todo apunta a que en estos días se irán a engrosar la listas del paro. El PP, en definitiva, no tiene presupuestos para acoger a todos estos cargos salientes. Ni en Génova ni en los grupos parlamentarios, ya que los asesores ya están definidos y no habrá excesivos fichajes.

El problema principal radica en que en la sede nacional del PP se puso en marcha el pasado mes de diciembre un plan de bajas incentivadas para reducir los gastos y cuadrar la cuenta de resultados. Se abrió un propuesta a los trabajadores para poder salir del partido a cambio de una indemnización, programa al que finalmente se acogió en torno a medio centenar de empleados en los meses siguientes. Se completó así una reestructuración sin tener que obligar a ningún trabajador a salir de forma forzada.

Ahora hay overbooking de peticiones de trabajo. Fuentes del partido explican a La Información que el desembarco de cargos del Gobierno, algunos de ellos forzados a entrar en el organigrama de Génova por expreso deseo de la dirección, apunta a que se tendrá que acometer una nueva reestructuración de personal en forma de un segundo plan de bajas incentivadas. Internamente algunos ya se están preparando para esta nueva etapa en la que, además, habrá un cambió en la presidencia y en los diferentes órganos de dirección del partido. También calculan que habrá algún hueco en el PP de Madrid, que deberá celebrar un Congreso extraordinario para elegir al sucesor de Cristina Cifuentes.

Según las cuentas públicas del PP correspondientes a 2016 (el último año en el que se encuentran disponibles), el partido gastó 19,8 millones de euros en nóminas y cotizaciones sociales. Esa cifra será a día de hoy inferior tras las salidas que se produjeron en los primeros meses de este año. Y es que Génova ha sometido al partido a un duro ajuste de personal en los últimos años, ya que en el año 2011, cuando Rajoy ganó las elecciones generales, el gasto en el pago de salarios a sus trabajadores ascendía a 28,9 millones de euros.

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