Praga tratará de resolver el escollo para ratificar el Tratado de Lisboa

  • Praga.- El Gobierno de la República Checa abordará las reservas del presidente Vaclav Klaus a firmar el Tratado de Lisboa en el próximo Consejo Europeo, convocado en Bruselas para el 29 y 30 de octubre.

Praga tratará de resolver el escollo para ratificar el Tratado de Lisboa
Praga tratará de resolver el escollo para ratificar el Tratado de Lisboa

Praga.- El Gobierno de la República Checa abordará las reservas del presidente Vaclav Klaus a firmar el Tratado de Lisboa en el próximo Consejo Europeo, convocado en Bruselas para el 29 y 30 de octubre.

"El presidente dará garantías inequívocas de que, en el caso de que se cumpla su condición y el Tribunal Constitucional no tenga reparos (por supuesta inconstitucionalidad del documento comunitario), finalizará la ratificación de manera incondicional", declaró a los periodistas el primer ministro, Jan Fischer, tras el Consejo de Ministros.

Esta es la premisa básica con la que Fischer pretende negociar con sus socios comunitarios y lo que trasladará mañana, martes, personalmente, al presidente de la Comisión Europea (CE), el portugués José Manuel Durao Barroso.

Para el jefe del Ejecutivo praguense, es necesario tratar de zanjar la negativa de Klaus a firmar el tratado en el próximo Consejo, y no esperar al de diciembre, ya que, en su opinión, sería demasiado tarde.

Tras la ratificación de Polonia por parte del presidente Lech Kaczynski este fin de semana, y de Irlanda, mediante un referéndum celebrado el pasado 2 de octubre, sólo quedan los checos por respaldar el Tratado para que pueda entrar en vigor.

Fischer no ve tampoco factible abrir de nuevo el proceso de ratificación del Tratado, modificando la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE), que está incorporada en su enunciado.

El jefe de Estado checo transmitió la semana pasada al presidente de turno del Consejo Europeo, el sueco Fredrik Reinfeldt, y al presidente del Parlamento Europeo (PE), el polaco Jerzy Buzek, su negativa a firmar el documento comunitario en caso de que no se exima a Praga de la Carta, al igual que Reino Unido y Polonia.

Klaus considera que el documento comunitario crea incertidumbres jurídicas, ya que puede permitir reivindicaciones de propiedad de la minoría alemana expulsada del país centroeuropeo tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

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