Presidenciales en Taiwán con favorita que promete distanciarse de China

  • Tras varios años de acercamiento con Pekín, los taiwaneses podrían elegir este sábado a una presidenta menos favorable a China que su predecesor, en unas elecciones que simbolizan la lucha de la isla por su identidad frente al gigante asiático.

La candidata de la principal formación opositora, el Partido Democrático Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, favorable al mantenimiento del statu quo con Pekín, aparece como gran favorita para estas elecciones presidenciales y podría convertirse en la primera mujer presidenta de la isla, según los sondeos.

El presidente saliente de Taiwán, Ma Ying-jeou, quien se reunió por primera vez con su par de China, Xi Jinping, en Singapur en noviembre pasado, ha propiciado un acercamiento con Pekín, gracias al cual esta cumbre bilateral histórica pudo tener lugar.

Las relaciones mejoraron desde la llegada al poder en Taiwán de Ma en 2008. El presidente saliente, del partido Kuomintang (KMT), abandonará el cargo, tras dos mandatos presidenciales, el máximo legal.

El KMT sufrió su peor derrota en una elección local en 2014. Su estrategia de acercamiento a China tuvo un importante papel en esta derrota.

Dicho acercamiento a Pekín ha propiciado la venida a la isla de numerosos turistas, pero muchos votantes consideraron que quienes más se beneficiaron fueron las grandes empresas y no la población en general.

También se ha criticado la falta de transparencia. Así, en 2014 tuvo lugar una inédita ocupación del parlamento por parte de estudiantes que protestaban contra un tratado comercial, afirmando que se había elaborado en secreto.

No obstante, Ma --cuyo partido, contrariamente al PDP, adhiere al llamado "consenso de 1992"-- ha defendido en varias oportunidades su política de acercamiento a China, afirmando que había brindado estabilidad a la región.

En 1992, se alcanzó un consenso entre las dos partes que establecía el concepto de "una sola China", una formulación suficientemente equívoca para poder ser interpretada de manera diferente de un lado y del otro del estrecho de Taiwán.

"Estoy preocupado de ver al gobierno ansioso por desarrollar los vínculos con China sin calcular cuidadosamente los riesgos", declaró Lee Yi-chung, un hombre de negocios de Taipéi de unos cuarenta años de edad, que votará al PDP.

"No quiero que China gobierne a Taiwán", agregó.

El KMT era el partido del líder nacionalista Chiang Kai-shek, quien huyó a Taiwán con sus fuerzas para establecer un gobierno separado del de China, tras perder la guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong en 1949.

No obstante, China aún considera a Taiwán como parte de su territorio, pendiente de reunificación.

Los votantes taiwaneses temen que China se "trague" a Taiwán, declaró el profesor de la Universidad Nacional de Educación de Taipéi Lee Shiao-feng.

"Quieren decirle que 'no' a China", aseguró.

Paralelamente, la amplia mayoría de los votantes quiere mantener la paz con China, la cual ya advirtió que no tratará con un dirigente que se niegue a reconocer que Taiwán forma parte de "una sola China". Este concepto está englobado en el acuerdo tácito que constituye el "consenso de 1992".

Para Willy Lam, profesor de la Universidad China del Centro para Estudios Chinos de Hong Kong, "durante por lo menos el primer año, Pekín probablemente realice gestos de conciliación".

"Si luego de dos o tres años, el gobierno de Tsai Ing-wen se niega a demostrar el menor entusiasmo por el diálogo político, cabe la posibilidad de que Pekín use tácticas más duras", agregó.

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