Presidente mexicano garantizará seguridad de Michoacán "cueste lo que cueste"

  • El presidente de México, Enrique Peña Nieto, reafirmó hoy su compromiso para garantizar la seguridad en el estado de Michoacán, "cueste lo que cueste" y sin importar lo que sea preciso para hacer respetar el Estado de derecho.

México, 8 abr.- El presidente de México, Enrique Peña Nieto, reafirmó hoy su compromiso para garantizar la seguridad en el estado de Michoacán, "cueste lo que cueste" y sin importar lo que sea preciso para hacer respetar el Estado de derecho.

Los comentarios del gobernante se conocieron días después de que quedara bajo detención provisional el secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna, para investigar posibles contactos con el crimen organizado.

"Los michoacanos lo que quieren es seguridad", afirmó Peña Nieto, sin aludir directamente al caso de Reyna, en un acto oficial para inaugurar unas obras de electrificación en la localidad de Chilchota, en Michoacán (suroeste de México), un estado que el año pasado sufrió una grave ola de violencia.

El Gobierno "se ha comprometido y yo personalmente he hecho el ofrecimiento de darle nuevamente a los michoacanos seguridad y tranquilidad, cueste lo que cueste y no importando lo que tengamos que hacer para hacer valer y respetar el Estado de derecho", agregó.

Peña Nieto dijo que las autoridades lo están "acreditando con diversas acciones" y destacó que las instituciones de seguridad federales y estatales "van teniendo logros".

"Están avanzando y estamos recuperando la tranquilidad para Michoacán", insistió.

En Michoacán opera uno de los cárteles más poderosos de México, los Caballeros Templarios, que llegó a controlar vastas áreas de ese estado y había extendido sus acciones a crímenes como la extorsión, con la tolerancia o complicidad de las autoridades.

Ese vacío de autoridad generó el alzamiento, hace un año, de grupos de civiles que se negaron a aceptar los abusos y atropellos de los "templarios", en un fenómeno que se ha extendido a distintas zonas del estado, especialmente en la llamada Tierra Caliente.

El Gobierno de Peña Nieto decidió volcarse en ese estado desde enero pasado, con el envío de miles de soldados y de policías y el nombramiento de autoridades federales para garantizar la seguridad y ejecutar programas de desarrollo social.

En medio de esas acciones oficiales, el arresto provisional de Reyna, el segundo político más poderoso de Michoacán después del gobernador Fausto Vallejo, a quien llegó a reemplazar en carácter interino durante varios meses el año pasado, refleja la posible connivencia entre altos funcionarios y el crimen organizado.

El fiscal general de México, Jesús Murillo, afirmó ayer que Reyna se reunió con el líder de los "templarios", Servando Gómez, alias La Tuta, y supuestamente también con otros capos de ese cártel.

El ministro de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio, descartó este martes que se esté gestando otro "Michoacanazo", en alusión al arresto en 2009, durante el Gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012), de decenas de funcionarios estatales por presuntos vínculos con el crimen organizado pero que finalmente fueron liberados por falta de pruebas.

"Creo que ha quedado muy acreditado el comportamiento de este Gobierno y creo que dista mucho de lo que sucedió en años pasados", dijo a la prensa Osorio, quien acompañó a Peña en su visita al estado.

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