Preso palestino en huelga de hambre ya no es capaz de hablar (abogado)

Qiq está en un estado "muy grave. Perdió su capacidad de hablar y 60% de sus facultades de audición", declaró en un comunicado su abogado Jawad Boulus, quien ya había afirmado el 25 de enero que su cliente puede morir en cualquier momento.

Por su parte, la esposa de Qiq, Faihaa, confirmó que los médicos le comunicaron que su marido ya no era capaz de hablar.

"¿Qué están esperando para liberar a mi marido? (...) ¿Que sufra una hemorragia cerebral?", se preguntó en una rueda de prensa refiriéndose a las autoridades del Estado de Israel.

Los portavoces del hospital y de la oficina israelí a cargo de las cárceles se negaron a comentar estas declaraciones.

El Tribunal Supremo israelí decidió el miércoles 27 de enero mantener en prisión a Qiq, precisando que observaría su evolución y tomaría una decisión sobre su encarcelamiento en función de su estado de salud.

Qiq, de 33 años y padre de dos niñas pequeñas, periodista de la cadena saudí Al Majd, fue detenido el 25 de noviembre en su casa en Cisjordania ocupada.

A mediados de diciembre fue puesto por Israel en detención administrativa. Este régimen extrajudicial, que permite mantener en detención a una persona sin inculpación ni juicio por periodos de seis meses renovables ha sido condenado por las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

El 25 de noviembre, Qiq empezó una huelga de hambre contra la "tortura y el maltrato al que fue sometido durante los interrogatorios", según la oenegé palestina Addameer.

El Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, asegura que Qiq es un miembro activo de Hamas, el movimiento islamista palestino que controla la Franja de Gaza, considerado "terrorista" por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

Qiq desmintió estas actividades y aseguró que sólo se dedica al periodismo.

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