Presunto narcotraficante colombiano es extraditado desde Panamá a EE.UU.

  • El presunto narcotraficante colombiano Andrés Cajiao-Barberena fue extraditado desde Panamá a EE.UU. para ser juzgado por distribuir cocaína y heroína en el país, informó hoy la Fiscalía federal del Distrito Sur de Nueva York.

Nueva York, 27 jul.- El presunto narcotraficante colombiano Andrés Cajiao-Barberena fue extraditado desde Panamá a EE.UU. para ser juzgado por distribuir cocaína y heroína en el país, informó hoy la Fiscalía federal del Distrito Sur de Nueva York.

"Cajiao-Barberena era una figura central de una red internacional de narcóticos que extendía sus tentáculos desde Colombia hasta Panamá y México y, al final, a Estados Unidos", declaró hoy el fiscal federal, Preet Bharara, en un comunicado.

El detenido, que llegó hoy a EE.UU. procedente de Panamá, tiene previsto comparecer hoy ante un juez de Nueva York, donde está acusado de "conspirar para importar toneladas de cocaína y kilogramos de heroína a Estados Unidos".

La Fiscalía asegura que Cajiao-Barberena está al frente de las operaciones en Panamá de una organización internacional de tráfico de drogas dirigida por el narcotraficante colombiano Manuel Felipe Salazar-Espinosa.

Esta red coordinaba el transporte por mar de alijos de cocaína y heroína desde Colombia hasta Panamá, donde se le había encomendado a Cajiao-Barberena que consiguiera un almacén para esconder los estupefacientes.

Después, las drogas se camuflaban dentro de maquinaria pesada que se transportaba de Panamá a México, donde se extraía el cargamento para que una red de narcotráfico de este país lo introdujera posteriormente en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos.

Se calcula que, entre 2002 y finales de julio de 2005, se transportaron siguiendo este método hasta 5.000 kilos de cocaína, valorados en 100 millones de dólares, y cuyo destino final era Estados Unidos.

Salazar-Espinosa fue condenado en Nueva York en 2007 a treinta años de prisión por importación de cocaína y blanqueo de dinero.

Por su parte, Cajiao-Barberena se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua, y a una mínima, obligatoria, de diez años de cárcel.

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