El borrador de cuentas públicas está casi listo

El tanteo de los PGE enreda la vía Cs y mira al bloque de la investidura y Bildu

La reforma del delito de sedición y el anuncio de tramitación de los indultos suponen guiños a ERC. Calvo se ha reunido por primera vez con EH Bildu. Y Arrimadas se aleja de la foto con Iglesias y Unidas Podemos.

Pedro Sánchez y Gabriel Rufián
El tanteo de los PGE gira hacia los socios de la investidura y complica la vía de Cs
EFE

Semana importante la que arranca para los Presupuestos Generales del Estado, la ley de leyes que garantizaría al Gobierno de coalición culminar prácticamente la legislatura. El Ministerio de Hacienda está afinando el techo de gasto y los negociadores del primer borrador, María Jesús Montero y Nacho Álvarez, tienen prácticamente listo el documento que presentarán en cuestión de días Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en un acto 'solemne' en Moncloa. A partir de ahí comenzará la negociación de verdad. Hasta ahora solo ha existido un mero tanteo e intercambio de intenciones. Pero estos primeros acercamientos, unidos a los recientes acontecimientos políticos, suponen un giro importante al marco prefijado a la vuelta del verano. 

Agosto se cerró con tensión en la coalición. Fue un inicio de curso político tenso que tuvo que ser reconducido por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El problema: las condiciones en las que se produzco el anuncio de preparación de Presupuestos. Moncloa fijó dos ideas fuerza: en primer lugar, que tendrán que ser unas cuentas públicas "de país", abiertas a todas las formaciones que quieran colaborar; y, en segundo lugar, descartó a ERC. Lo hizo la vicepresidenta Carmen Calvo asegurando que había leído al líder republicano en prisión Oriol Junqueras afirmar que no iba a aprobar el proyecto de ley del Gobierno. Las palabras de Calvo provocaron un maremoto en la coalición. Y es que Unidas Podemos no quiere oír ni hablar de un posible acuerdo con Ciudadanos. Los socios de la investidura son su prioridad como han dejado claro desde Pablo Iglesias hasta Pablo Echenique. Comenzaron entonces los movimientos soterrados hasta la fotografía actual.

Fue entonces cuando Sánchez e Iglesias pactaron varias decisiones. Acordaron que el borrador sería elaborado por la coalición para, después, ser presentado al resto de formación. No fue una decisión baladí porque se llegó a temer que partidos extragubernamentales hicieran sus aportaciones previas al proyecto de ley. Y, en segundo lugar, fijaron que el tanteo previo comenzara con los partidos que apoyaron la investidura, siguiera con los de la abstención y culminara con lo del 'no'. Primer giro y acercamientos al bloque de la izquierda y el consiguiente alejamiento de la 'vía Ciudadanos'.

Esta semana que concluye ha dejado, además, dos hitos que en el seno del Gobierno no consideran meras imágenes. En primer lugar, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, lanzó en la sesión de control del miércoles en el Congreso dos anuncios o, mejor dicho, pseudoanuncios. Sus palabras estaban tuteladas por Moncloa. Reforma del Código Penal en cartera, con la consiguiente adaptación del delito de sedición, y tramitación ordinaria de los indultos. La polvareda que levantaron sus palabras en la oposición aún es visible. Eso, sumado a la ausencia del Rey en la entrega de despachos judiciales, suponen un guiño a los socios de la investidura. Así lo explican fuentes gubernamentales.

Moncloa ha vuelto a activar lo que llaman el "reencuentro" o la "reparación" con el mundo independentista. Un mundo que, por cierto, se enfrenta a una convulsión impredecible en los próximos días con la sentencia que, previsiblemente -al menos así lo piensan en el Gobierno central-, inhabilitará al president Quim Torra. Han recuperado, por tanto, la "Agenda para el Reencuentro" que Sánchez llevó a la primera mesa bilateral y en la que se buscaba acabar con años de distensión. Ahora, con los PGE en el horizonte, el movimiento en ERC no ha pasado desapercibido. En la sede Calabria, sede de los republicanos, valoran el gesto pero piden hechos.

Otra imagen que ha dejado la semana es la primera reunión de la vicepresidenta Calvo con EH Bildu. Es una cita inédita y que llega después del tsunami que se montó en el Gobierno tras el acuerdo del Grupo Parlamentario Socialista con la formación abertzale para derogar la reforma laboral de forma íntegra. Los socialistas tuvieron que rectificar. Ahora, por tanto, dan un paso más en el acercamiento.

La 'melé' en forma de movimientos, anuncios y hechos de estos días ha arrojado también un alejamiento de Ciudadanos de la ecuación. Arrimadas sigue sentada en la mesa negociadora y no se va a levantar. También sigue abierta, sin avances, la vía con Félix Bolaños. Pero en el partido naranja chirrían los acercamientos a nacionalistas catalanes y vascos. También, más si cabe, los tuits del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la Jefatura del Estado. Difícil combinación.

Negociaciones o tanteo aparte, el borrador de Presupuestos es inminente. Así lo aseguran fuentes del Gobierno. Su contenido sigue siendo un secreto. Solo hay una medida confirmada: habrá una inyección de 600 millones para dependencia. También habrá reforma fiscal, aunque queda por concretar el alcance. Se está estudiando subir el Impuesto de Patrimonio y las rentas altas pagarán más IRPF. También se está barajando una rebaja de Sociedades para las pymes. La letra pequeña será cerrada por Sánchez e Iglesias en días.

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