Primero Podemos, ahora ERC: críticos de Sánchez asumen que "hará todo lo posible" para ser investido

    • Los gestos del líder socialista al independentismo rompen la tregua interna de las últimas semanas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Por si fuese ya poco el incendio interno en el socialismo, el secretario general avivó este viernes nuevas llamas. Sus movimientos con los independentistas han puesto en guardia a los barones y al sector más crítico, que desde hace semanas trata de digerir a duras penas un escenario convulso: "Hará todo lo posible para ser investido", dice uno de ellos.

El préstamo de cuatro senadores a ERC y Democracia i Llibertad, marca de Convergència el pasado 20-D, ha apuntillado la fractura que, la misma noche de las elecciones, marcó la disposición de Sánchez de iniciar contactos con Podemos, pese al referéndum. Con este gesto, los independentistas podrán disponer de grupo propio en la Cámara alta, lo que provocó ya ayer la reacción airada de varios presidentes autonómicos. El extremeño Fernández Vara lo calificó de "inexplicable", el aragonés Javier Lambán de "indeseable" y la dirección andaluza marcó las distancias. Desde la federación de Susana Díaz se asume en público que es una decisión de la dirección nacional, mientras arrecian también las críticas en privado.

Entre tanto, los afines a Sánchez han tratado de desvincular la cesión de una estrategia de investidura y han recordado que se trata de una "circunstancia que se ha producido mil veces". "No es la primera", recordó este viernes la presidenta de los socialistas, Micaela Navarro, mientras el nuevo presidente del Congreso, Patxi López, evitaba las valoraciones.

A los gestos se añadió también este viernes, la llamada de Sánchez al nuevo president, Carles Puigdemont, para ofrecerle una "reforma federal de la Constitución" que resuelva la crisis catalana.Buen entendimiento con el PNV

En la aritmética para la investidura no sobra ningún apoyo, y la abstención de los independentistas es clave para la suma. Junto a ERC y CDC, Sánchez ha cortejado en los últimos días también a PNV. Como ya informó este diario, la intención del líder socialista era ceder a los nacionalistas vascos un puesto en la Mesa del Congreso, pero los planes chocaron con la oposición frontal de PP y Ciudadanos al considerarla una clara maniobra para recabar el apoyo en una eventual investidura. Finalmente, se optó por ceder uno de los tres puestos que corresponderían a los socialistas en la Mesa del Senado. Desde la dirección se despejó de la misma manera cualquier intención política: "Es práctica habitual", fue el comentario.

Ese gesto habría fructificado ya en un respaldo explícito del partido a la investidura. Desde el PNV nunca se ha cerrado la puerta a una posible negociación, e incluso el portavoz del gobierno vasco valoró la "legitimidad" de Sánchez para tratar de formar un Gobierno alternativo de izquierda. El objetivo, como el del PSOE, es evitar una nueva convocatoria electoral.

El enfado en los socialistas es mayúsculo, mientras Sánchez insiste además en el acuerdo con Podemos. Las negociaciones de los últimos días, destacan, son una clara vulneración del acuerdo del comité federal, firmado el pasado 28 de diciembre, y en el que se establecen claramente las "líneas rojas" de posibles negociaciones.

"El PSOE actuará en coherencia con sus valores, con lealtad a los españoles, y anteponiendo siempre el interés de España a cualquier otro objetivo. Esa responsabilidad y ese interés general hacen que rechacemos, de manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional y que amenace así la convivencia lograda por los españoles durante estos últimos 37 años. La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas", se advierte.Los socialistas tendrán ocasión de exponer sus fracturas el próximo 30 de enero, día en que el partido celebrará un Comité Federal que se prevé convulso. De esa reunión saldrá la fecha en la que se celebrará el congreso del partido en el que se elija a un nuevo secretario general y al que ya ha anunciado que se presentará el actual líder del partido, Pedro Sánchez.

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