Prodeni dice que las administraciones no actúan ante las denuncias en centros de menores


El portavoz de la Asociación pro Derechos del Niño (Prodeni), José Luis Calvo, criticó este viernes “la impunidad y el silencio” con que las administraciones reciben cualquier denuncia referida a los centros de menores.
En referencia al vídeo que muestra a dos adolescentes atados a la cama mientras piden agua en el centro de Tierras de Oria (Almería), Calvo dijo a Servimedia que esto es otro “ejemplo más de la impunidad” con que reacciona la Junta de Andalucía.
Señaló que esta denuncia se ha de sumar a las que han llegado a la Junta durante los últimos años y, “como de costumbre, antes de ponerse a investigar y ver qué ha pasado, prefiere desacreditar al denunciante y respaldar a la dirección”.
En la actualidad, la fiscalía investiga lo sucedido y si las imágenes que aparecen en el vídeo son reales, pero “mucho nos tememos que al final se archive y esto quede en nada, como ha ocurrido con absolutamente todas las demás denuncias”, agregó.
LAS CAUSAS
En opinión de Calvo, esta situación es extrapolable al resto de España, pues el origen del problema reside en la gestión privada de la atención a menores que en realidad “le corresponde a la Administración”.
Así sucede tanto con los que están en protección como con aquellos que cumplen alguna condena, y se preguntó qué sucedería si también las cárceles se dejasen a la gestión empresarial.
Manifestó que las consejerías, ya sean de Justicia o de Asuntos Sociales, dejan en manos de empresas privadas u organizaciones la gestión de estos centros, que suelen abusar de trabajadores con escasa cualificación, mal pagados y con una alta temporalidad, aseveró.
La atención a estos menores precisa de profesionales muy cualificados y de plantillas amplias, situación que muy pocas veces se da, afirmó Calvo.
A su juicio, “las inspecciones no funcionan y administraciones y empresas se apoyan mutuamente porque a ninguna le interesa que se cuestione el sistema”.
"Desde luego, no todos los centros son iguales y no queremos que paguen justos por pecadores”, admitió, "pero sí es cierto que el modelo funciona muy mal".

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