Puigdemont se ve como un preso político mientras ya piensan un Govern sin él

  • Considera que "el referéndum supuso el inicio de una nueva era de la que no hay retorno posible", pero el soberanismo ya piensa en un nuevo president.
Alrededores de la cárcel de Neumünster donde permanece Puigdemont.
Alrededores de la cárcel de Neumünster donde permanece Puigdemont.
EFE

Sigue enviando mensajes desde su cárcel de Alemania, pero sabe que su tiempo se ha acabado, aunque diga que no renunciará. Su propio abogado se hace eco de sus palabras y reconoce que no se puede ser president estando preso. Desde su formación se sigue hablando en público de él como única opción, pero ERC ya ha dejado claro que antes de la Diada debe haber Govern. Hasta el PNV, molesto ya por una deriva catalana que no le conviene, pide un president para acabar con el 155. El tiempo corre en contra y parece haberse acabado para Puigdemont.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, mientras, continúa con sus mensajes para seguir en el ojo del huracán y ha recordado que hoy, medio año después del 1-O, los miembros de su Gobierno son "presos políticos" pero se mantienen "libres de espíritu" . Reivindando su legado, el ex-president ha recordado que el referéndum supuso el inicio de una "nueva era de la que no hay retorno posible".

En un mensaje en sus cuentas de Instagram y Twitter, que gestiona su equipo desde que permanece encarcelado en Alemania, Puigdemont subraya que la palabra de la ciudadanía "no puede ser nunca delito" y que no escucharla "es legal pero inmoral".

su recurso ante el supremo

Puigdemont rechaza violencia en el 1-O

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado, en su primer recurso ante el Tribunal Supremo (TS) contra su procesamiento por el 'procés', que "no hubo violencia alguna" en la preparación y convocatoria del referéndum y "menos un alzamiento". Además, Puigdemont ha alegado "indefensión" ante el curso de la causa, según informa 'La Vanguardia'. El recurso considera que el juez encargado del caso 1-0 en el TS, Pablo Llarena, utiliza "argumentos llamativos" para "justificar la existencia de violencia", cuando en realidad "no la hubo".

El expresident expone que el magistrado considera violenta la concentración de los días 20 y 21 de septiembre junto a la Conselleria d'Economia, y los hechos del 1-O, así como "la violencia que los procesados debieron suponerse" como consecuencia de la reacción del Estado. En este sentido, Puigdemont señala en el recurso que por violencia "no cabe entender unas manifestaciones de protesta, por numerosas que sean", ni las acciones "reprobables y aisladas de quienes causan daños" en tales circunstancias. Para el expresident, este tipo de hechos podrían ser a lo sumo constitutivos de "desórdenes públicos", e imputarse a los autores de tales conductas, pero "no al expresident".

"Seis meses después del 1-O, el Gobierno de Cataluña somos presos políticos, pero libres de espíritu", indica Puigdemont, que fue detenido el pasado domingo en Alemania, donde la justicia tendrá que decidir ahora si lo extradita a España en virtud de la euroorden emitida tras su procesamiento por rebelión y malversación.

"Aquella jornada de dignidad popular y barbarie policial (en referencia al 1-O) fue el inicio de una nueva era de la que no hay retorno posible. Ayer, hoy y siempre, a vuestro lado", indica Puigdemont en su mensaje en las redes, que finaliza con el lema "República Catalana".

Cantando en la cárcel

El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont ha cantado una canción que expresa "la voluntad de paz del pueblo catalán" a los dos diputados alemanes del partido de la oposición La Izquierda que acudieron a visitarle a la prisión de Neumünster en la que se encuentra detenido desde hace una semana. El curioso detalle ha sido revelado por el parlamentario de la formación postcomunista Diether Dehm, que acudió al correccional del norte de Alemania junto a su compañera de filas Zaklin Nastic.

Según explica, el encuentro con Puigdemont tuvo lugar en el comedor de la cárcel. Allí, mantuvieron una charla en la que abordaron temas políticos y filosóficos en una mezcla de español, alemán, francés e inglés. Dehm también le ofreció al líder independentista su casa, situada cerca de Frankfurt, en el centro de Alemania, para que resida en ella en caso de que sea puesto en libertad pero la justicia germana no le deje abandonar el país.

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