Ajeno a la realidad política y económica de Cataluña, Puigdemont, el hombre que intentó burlar al Estado y fue detenido en el peor lugar posible, Alemania, sigue firme en su idea de que cuanto peor, mejor, en sintonía con la CUP.
El líder de Junts per Catalunya (JxCat) ha lanzado hoy una advertencia a través de Twitter con respecto a su futuro político: "No claudicaré, no renunciaré, no me retiraré ante la actuación ilegítima de quienes han perdido en las urnas ni ante la arbitrariedad". Acusa a España de "abandonar el Estado de derecho y la justicia por la unidad de la patria".
Todos los que pensaron que podía dar un paso atrás para intentar que el Parlament recupere la legalidad y la vida tendrán que esperar, por el momento. Olvidados parecen esos mensajes por los que ahora ha denunciado a Ana Rosa Quintana, en los que reconocía que le habían abandonado y que el pulso con el Estado estaba perdido.
En el primer tuit difundido desde que cedió el control de sus perfiles en las redes sociales al encontrarse recluido en el centro penitenciario de Neumünster, Puigdemont ha dado a entender que no forma parte de sus planes dar un paso atrás en la primera línea de la política. Nada parece hacer cambiar de idea a Puigdemont, que asiste impasible a la pérdida de prestigio de Cataluña, cuya última muesca ha sido la pérdida del World Race.
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