Pujol en estado puro

  • Había empezado pausada y tranquila, pero la comparecencia del expresident Jordi Pujol para explicar su fortuna oculta ha desembocado finalmente en un duro intercambio de reproches con los grupos de la oposición, tensión que se ha trasladado también fuera de los muros del Parlament.

Àlex Cubero

Barcelona, 26 sep.- Había empezado pausada y tranquila, pero la comparecencia del expresident Jordi Pujol para explicar su fortuna oculta ha desembocado finalmente en un duro intercambio de reproches con los grupos de la oposición, tensión que se ha trasladado también fuera de los muros del Parlament.

La Cámara catalana ha vivido las dos caras de Pujol. La primera, en su intervención inicial, más reposada, con un expresidente que ha leído con calma sus notas y ha relatado el origen de su fortuna y la herencia de su padre, adornado con un despliegue de anécdotas y detalles.

Pero la llegada del turno de réplica, tras las intervenciones de diez minutos de cada grupo parlamentario, ha desvelado al Pujol más temperamental, más indignado e incluso "excitado", como él mismo ha reconocido en algún momento.

Un Pujol en estado puro que se ha atrevido a abroncar a los diputados de la oposición como si de un profesor se tratara, acusándoles de "infantilismo" y "frivolidad", y rehusando responder a las preguntas que le habían planteado sobre su dinero en bancos andorranos, argumentando que ya lo había hecho al inicio.

De hecho, apenas ha tomado notas en los turnos de los grupos, quizás haciendo uso de su gran memoria o porque, como ha criticado la oposición, no pretendía responder a las numerosas cuestiones, que se contaban por decenas en cada turno.

El mayor enfado lo ha puesto de manifiesto la independentista CUP, cuyos diputados Quim Arrufat y David Fernández han decidido abandonar la sala al entender que Pujol no quería responder a sus preguntas.

Pero el intercambio de críticas ha sido incluso a veces a tres bandas. Si Pujol censuraba vivamente a los diputados, la oposición le plantaba cara. "Si yo no dejo que me riña mi padre, menos se lo permito a usted", le ha espetado Albert Rivera, a lo que CiU, en voz del portavoz parlamentario, Jordi Turull, ha respondido: "Yo sí que dejo que me riña mi padre y se lo dejaré hacer toda mi vida".

En la recta final, el presidente de la comisión, Sergi Sabrià, ha tenido que esforzarse para intentar mantener el orden, sin demasiado éxito, especialmente en el rifirrafe entre una enfadada Alicia Sánchez-Camacho (PPC) y Jordi Turull.

ERC ha sido el único grupo en el que no ha acudido ni su líder (Oriol Junqueras) ni la portavoz del grupo (Marta Rovira), algo que sí ha ocurrido en el resto de fuerzas, encabezadas por primeras espadas como Miquel Iceta (PSC), Sánchez-Camacho (PPC), Joan Herrera (ICV-EUiA), Albert Rivera (Ciutadans) y David Fernández (CUP), o, en el caso de CiU, su presidente del grupo y portavoz, Jordi Turull.

Pero no solo dentro de la sala se han vivido instantes de tensión, sino también en su exterior. Decenas de medios se agolpaban en los pasillos del Parlament, mientras fuera del edificio un centenar de personas se manifestaban desde las tres de la tarde.

Pujol había esquivado a la mayoría a su llegada al Parlament antes de las dos de la tarde, más de dos horas antes de la comparecencia.

Por ese motivo los manifestantes convocados por distintos colectivos no han encontrado a Pujol a su llegada, lo que no ha evitado que entonaran cánticos y desplegaran pancartas contra el expresidente, al grito generalizado de "ladrón" y "mafia".

Ha sido la constante entre la heterogeneidad de los concentrados ante el edificio: a un lado, medio centenar de miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y trabajadores de Panrico; al otro, otros tantos del partido de ultraderecha Plataforma per Catalunya y de Somatemps, plataforma contraria a la independencia, con camisetas con la palabra "Cárcel".

Se han escuchado cánticos como "La independencia, cuento suizo de Pujol" o "Ojo con la cartera, los Pujoles están fuera", entre una proliferación de pancartas como "Pujol y la casta nos roba", "Pujol, gran patriota de los paraísos fiscales" o "Corruptos".

Sin embargo, apenas una treintena de personas aguardaban a la salida de Pujol dos hora después, entre amplias medidas de seguridad y un amplio grupo de periodistas, entre los que se ha colado una mujer que ha conseguido hacerse una 'selfie' con Sánchez-Camacho.

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