Putin promete convertir a Rusia en una de las cinco potencias mundiales en 2024

  • Según el mandatario, que recibió el 76% de los votos, el apoyo popular es "un enorme capital político y soporte moral" que le permitirá crecer. 
Miembros de la guardia de honor rusa desfilan, mientras portan la bandera nacional (centro-dcha) y el estandarte presidencial (centro-izda), durante la sesión de investidura de Vladimir Putin,
Miembros de la guardia de honor rusa desfilan, mientras portan la bandera nacional (centro-dcha) y el estandarte presidencial (centro-izda), durante la sesión de investidura de Vladimir Putin,
EFE

Vladímir Putin tomó hoy posesión de su cuarto mandato como presidente de Rusia en una pomposa ceremonia en la sala de San Andrés del Gran Palacio del Kremlin. Con la mano derecha sobre la Carta Magna, Putin juró "respetar y defender los derechos y las libertades de las personas y los ciudadanos; cumplir y defender la Constitución de la Federación de Rusia; defender la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad territorial del Estado, y servir al pueblo con lealtad".

Más de 6.000 invitados, entre ellos ministros del Gobierno saliente, diputados y senadores, miembros del cuerpo diplomático, autoridades civiles, eclesiásticas y militares, y otras personalidades, asisten a la ceremonia. En su discurso, el ruso prometió convertir a su país en una de las cinco potencias mundiales para el año 2024. Para ello, el Ejecutivo debe garantizar "ritmos de crecimiento mayores que la media mundial", al tiempo que mantiene "la estabilidad macroeconómica".

Putin obtuvo el 76,69 % de los votos emitidos en las elecciones presidenciales que se celebraron a mediados de marzo, obteniendo el respaldo de más de 56 millones de ciudadanos, cifra muy superior a la de las elecciones de 2012, cuando regresó al Kremlin tras cuatro años de paréntesis como primer ministro. Según Putin, este respaldo popular es "un enorme capital político y sólido soporte moral".

Este apoyo, agregó, "es importante para defender nuestras posiciones en la arena internacional y para acciones decisivas en aras de profundos cambios positivos en el país". "Y quiero otra vez decir gracias. Gracias por el nivel de apoyo sincero que ustedes, ciudadanos de Rusia, me brindaron en las elecciones presidenciales", añadió.

"Considero mi deber y el sentido de mi vida hacer todo por Rusia, por su presente y futuro, de paz y progreso; por cuidar de nuestro gran pueblo y de su desarrollo, por el bienestar en cada familia rusa", dijo Putin en un breve discurso tras la ceremonia de toma de posesión. El jefe del Kremlin agradeció a la ciudadanía rusa su unidad y confianza en que "mucho puede cambiarse para mejor".

El Kremlin debe reducir a la mitad los niveles de pobreza, que en estos momentos afecta a unos 20 millones de rusos o el 13 % de la población, además de facilitar el acceso a la vivienda a las familias. El Gobierno debe también construir 120 millones de metros cuadrados al año, ya que la escasez de vivienda es uno de los males crónicos de este país y, por tanto, uno de los grandes retos del cuarto mandato de Putin. 

"Hemos aprendido a defender nuestros intereses, hemos recuperado el orgullo por la patria, por nuestros valores tradicionales", dijo. El presidente ruso prometió garantizar "la seguridad y la capacidad defensiva del país". "Estamos abiertos al diálogo. (...) Nos pronunciamos por la cooperación igualitaria con todos los Estados, en aras de la paz y la estabilidad en todo el planeta", agregó.

Para tan siquiera empezar el camino, Putin deberá acometer dolorosas reformas que podrían socavar su hasta ahora inquebrantable popularidad. Subir la edad de la jubilación, elevar la carga fiscal tanto a empresas como a ciudadanos, reducir el papel del Estado en la economía y dar mucha más libertad a la iniciativa privada, son sólo algunas de las reformas de las que lleva años hablando y que nunca pasan de las palabras.

Alexéi Navalni, el opositor que no pudo concurrir a los comicios por sus antecedentes penales en un caso que Navalni califica de persecución política, había convocado a sus seguidores a manifestarse en contra de Putin bajo el lema "No es nuestro zar" en la víspera de la investidura de su cuarto mandato presidencial. Fue entonces cuando Navalni fue detenido en Moscú, donde la policía hizo uso de la fuerza para tratar de dispersar a los congregados. Más de 1.000 personas fueron detenidas en en todo el país, al menos 475 de ellas en Moscú.

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