La sonrisa es lo último que se pierde. Al menos, mientras se tenga trabajo. Así lo ha dejado claro un estudio llevado a cabo por Randstad, la empresa especialista en el mercado laboral, que acaba de publicar que el 65% de los trabajadores españoles cree que sus compañeros les ven como personas "alegres" y tienen una percepción "positiva" de ellos.
Por el contrario, sólo un 7% de los encuestados estiman que los demás los ven como individuos "negativos" en el lugar de trabajo.
A la hora de distinguir por sexos no se encuentran demasiadas diferencias. En todo caso, las mujeres, con un 66% de buena percepción, son algo más optimistas que los hombres, cuyo porentaje se queda en el 64%.
Otra cosa es la edad. Los que más notan que sus compañeros les consideran personas alegres son los que se encuentran entre los 55 y los 64 años (76%), es decir, aquellas personas que se encuentran más cerca de la jubilación. Al otro lado de la balanza, se sitúan los profesionales delimitados en la franja de edad que va de los 25 a los 34 años (55%).
Otro punto de diferencia lo marca el nivel formativo. Los que tienen estudios altos se sienten en un 70% alegres de cara a sus compañeros de oficina o de labora. En cambio, los encuestados que presentan un nivel formativo bajo tienen una menor percepción, de apenas un 51%.
Por comunidades autónomas, los riojanos (89%), manchegos (86%) y navarros (83%) son los españoles que cuentan con el mayor porcentaje de trabajadores que aseguran que sus compañeros les consideran personas alegres y optimistas. Tras ellos se encuentran andaluces (75%), cántabros (75%) y valencianos (72%).
Entre los que se sienten menos simpáticos se sitúan los profesionales del País Vasco (41%), Extremadura (48%) y Aragón (49%).
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