Hay 29 cuadros colgando de las paredes de los despachos centrales de la CIA en Virginia de los que apenas se sabe nada salvo una escueta descripción ofrecida en el sitio web de la agencia. La artista Johanna Barron se ha dedicado a intentar averiguar lo máximo posible sobre ellos, ante la negativa gubernamental, ha decidido recrearlos. Expone en elMuseo Judío Contemporáneo de San Franciscoel resultado de su proceso, junto a otras obras basadas en la vigilancia y el secretismo institucional.
La artista de Portland, Johanna Barron, se ha dedicado a recabar la máxima información posible sobre unos misteriosos cuadros que se encuentran colgados en las paredes de los despachos centrales de la CIA en Langley, Virginia. Se sabe de ellos que son 29, que algunos fueron dados en préstamo a la agencia en la década de los 80 por un coleccionista llamado Vincent Melzac y que pertenecen al movimiento artístico de la Escuela de Color de Washington. El sitio web de la agencia de inteligencia ofrece una información muy escueta sobre ellos, que sólo incluye autor, materiales y una breve descripción histórica con la que la obra guardaría relación.
Barron intentó obtener más información sobre los cuadros, por lo que se decidió a presentar numerosas solicitudes acogiéndose a la Ley por la Libertad de la Información (Freedom of Information Act, FOIA), un derecho que permite a los estadounidenses acceder a información federal no clasificada y regida por nueve excepciones. Las solicitudes fueron negadas una y otra vez, así que la artista decidió recrear las obras en base a la poca información disponible y la aún más escasa ofrecida por la CIA. "Tenía la creciente necesidad de intentar descubrir detalles que se encuentran ocultos por una razón que no es lógica", afirma la artista.
Las obras son supuestamente abstractas y pertenecen a la Escuela de Color de Washington, un movimiento de los años 50 y 60 que se caracteriza por representar grandes franjas de colores intercaladas. La colección podría contener obras de Paul Reed, Morris Louis, Gene Davis, Thomas Downing, Howard Mehring and Kenneth Noland. El hermetismo de la CIA respecto a su colección ha llevado a Johanna Barron a inspirarse y recrear una interpretación de las obras que se exponen en San Francisco.
"De alguna forma este proyecto funciona como servicio público a favor de la transparencia gubernamental", admite Burrons, aunque destaca la dificultad del mismo ya que "nunca he recibido ni una sola imagen de la CIA". La exposición se llama 'Acres of Walls' y se expone en el Museo Judío Contemporáneo de San Francisco, dentro de la exposición 'Chasing Justice' ('Persiguiendo Justicia'). La colección está conformada por obras de múltiples artistas que han tomado como inspiración los problemas del secretismo institucional y la vigilancia gubernamental.
El proyecto, todavía inacabado, de Barron responde a lo que ella llama una "exabrupta falta de transparencia. Ha recreado parte de la Colección Melzac a partir de fragmentos de descripciones encontrados en un libro sobre la CIA y de una simple fotografía de un vestíbulo de las oficinas tomada por Taryn Simon. Barron declara haber intentado ser lo más rigurosa posible en base a la foto. Las obras se acompañan de documentación intercambiada con la CIA, como los informes FOIA y sus apelaciones. Se podrá disfrutar de la exposición hasta el 21 de febrero.
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