Autoritario, xenófobo, astuto, perseverante, inquietante, identitario, sectario, supremacista, cerrado... un mal enemigo. Son los calificativos con los que intentan explicar la personalidad de Quim Torra los expertos en psicología, morfopsicología y sociología consultados para contestar a una cuestión hoy recurrente: ¿Cómo es realmente Quim Torra, el nuevo president de la Generalitat? ¿Hasta dónde llega su supuesto extremismo como independentista catalán? No hay que olvidar que siempre queda la lectura de que los extremos se tocan y tienen una capacidad para llegar a acuerdos que, a simple vista, no siempre se ve. Hasta que no pasen más acontencimientos, el nuevo president puede ser tanto un líder catalán astuto, o el resultado de la deriva del procés. De hecho, Torra ya ha pedido dialogar con Rajoy, mientras líderes como Pedro Sánchez le califican como el Le Pen de España.
Jaime Berenguer, profesor de psicología de la Universidad Autónoma de Madrid cree que en Cataluña estamos asistiendo a lo que Ervin Staub definió como un "continuo de destrucción" para explicar algunos sucesos ocurridos en plena II Guerra Mundial y el surgimiento del nacismo. La sociedad fue aceptando como normal el insulto, luego marcar la diferencia, luego ir por distintos lugares en la calle... hasta que pasó lo inconcebible.
Con Torra, según explica Sergio Andrés Cabello, especialista en identidades colectivas y sociólogo de la Universidad de La Rioja, "la revolución de las sonrisas, de la democracia, ha mutado a otro rostro, el más desagradable, autoritario y xenófobo. Otro nivel. Y lo ha hecho porque hay caldo de cultivo, hay un sustrato, aunque el catalanismo no sea eso. Y es un arma de doble filo, porque parte de los que comulgan con esas ideas chocarán con esta visión en el espejo", señala. Y hay un dato más. El perfil buscado por Puigdemont no es casual. Con esta figura da un paso más en la escala de enfrentamiento, no se sabe si para romper la baraja o estirar la cuerda al máximo para precisamente forzar un acuerdo.
Berenguer explica los porqués de esta personalidad y de su ascenso al poder. "Torra es el prototipo de los que consideran la identidad nacional catalana como algo opuesto a lo español, superior... Es sintomático que las raíces de Puigdemont, Rovira o Anna Gabriel no sean catalanas. Y no es casualidad. Porque para sentirse integrado, para escalar socialmente es necesario ser nacionalista, sobre todo si te consideran un charnego más. La aceptación social es clave aquí. Porque de lo contrario uno ha de acostumbrarse a la humillación, al ser señalado y peor, ninguneado...".
En el caso de Torra se habla ahora de esos tuit en los que califica de hienas a los españoles y de unos textos en los que les desprecia a ellos y a su lengua, en un claro síntoma de su uso como arma política. Berenguer deja claro que "la importancia del lenguaje a la hora de formar una identidad es vital. La identidad se crea a raíz de este, por eso no es una casualidad escribir esos artículos y tuits. Por eso el mensaje de Torra es supremacista, xenófobo, cerrado. Es una persona con unas firmes creencias cognitivas. ¿Dónde las aprendió? En su ambiente social, en la escuela, en los medios... tan importantes todos ellos para el nacionalismo que los ha controlado". A juicio del profesor de psicología, su nombramiento supone un paso más porque ese mensaje ha calado y ya puede ser presentado en sociedad. "El enfrentamiento social, lamentablemente, es más factible hoy. Esto es solo un paso. Y demuestra que una parte de la sociedad está enferma", comenta.
"Astuto, perseverante, no rehúye el enfrentamiento"
Luis Ángel Santacruz es diplomado en Pericia Caligráfica Judicial, Grafística, Documentoscopia y Sociolingüística Forense. Sus análisis de rostros y firmas son requeridos con asiduidad por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Le fue concedida la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco por su colaboración profesional.
En el año 2010 recibió la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Recopila algunos de sus trabajos en la web: https://periciacaligrafica.es/
Analiza el rostro de Quim Torra para desgranar lo que este transmite de su personalidad. Destaca antes de nada que "estamos ante alguien astuto, a quien le gusta el enfrentamiento, pero no los problemas, que trata siempre de eludirlos o pasarlos a otros. Es materialista y sus acciones siempre tienen un fin. Basa sus reacciones precisamente en su experiencias, las cuales han debido ser más decepcionantes que positivas según marcan sus expresiones faciales. Sus relaciones sociales son más intensivas que extensivas. No estamos ante una personalidad dialogante, pero sí es perseverante, y piensa mucho las cosas antes de actuar. Mal enemigo, ya que no olvida".
José Luis Martorell, director de la Revista Acción Psicológica y profesor de esta materia en la UNED se aparta de personalismos. Prefiere analizar desde un punto social y no particular el fenómeno Torra. "Hablamos de un ambiente social que se ha visto con Trump, el Brexit, Berlusconi... un fenómeno de psicología social basado en respuestas fáciles a problemas complejos que son aceptados en grupos que se mueven desde el punto de vista emocional, poco razonado. Las redes, los mensajes cortos, ayudan porque la política cada vez más se gestiona como una agencia de publicidad, con eslóganes que enganchen. Los mensajes más reflexivos parecen haber quedado atrás. La clave es tener un enemigo, y si tu peleas con él, por defecto yo soy tu amigo. Y el contexto hoy facilita que eso llegue".
Este hecho, según el experto, conlleva a que "los líderes ahora tengan menos autocensura para decir lo que piensan. Se trata de dirigentes que tienen ya una conclusión por encima de un razonamiento. Ese llega después, por eso los asesores de Trump, por ejemplo, señalan que es muy difícil hacerle cambiar de opinión". El fenómeno, pues, ni es nuevo, ni es exclusivo de estos tiempos aunque ahora florezcan de nuevo.
No es optimista tampoco Cabello. "Torra es un personaje lleno de estereotipos y de prejuicios, que apuesta por una catalanidad encerrada en sí misma y eso que Cataluña ha sido siempre una sociedad abierta que ha acogido a inmigrantes. Torra forma parte de una identidad tan populista como regresiva, que apuesta por la pureza y la superioridad. Es una muestra de la deriva del procés", señala.
El problema ahora es que "este mensaje se compra y demuestra que hay un sustrato social que pone por encima la identidad a otros valores y esa huida hacia delante es preocupante". Sorprende también la figura de Puigdemont, convertido en "alguien carismático al que seguir" cuando fue colocado ahí como si fuera un títere. Considera Cabello que "pese a la sumisión inicial, no sería descartable que Torra mute también y deje de ser un hombre de paja. Por el momento, es el perfil más contrario al que se necesita en una negociación, pero en estas circunstancias nunca se sabe".
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