Radiografía a la nueva política: lo que PP y PSOE han aprendido de los emergentes

    • Sea por convicción o por cosmética, varias cosas han cambiado para los viejos partidos.
    • Las nuevas formaciones obligan a otras formas y liderazgos para convencer en las urnas.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al presidente del Gobierno.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al presidente del Gobierno.

La página web estrenada este jueves por el PP, www.participarenserio.es, es una muestra más de cómo el auge de los emergentes ha empujado a las formaciones del bipartidismo a cambiar en sus formas, y en ocasiones, también en sus contenidos.

La influencia de los nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos-éste se estrena en política nacional tras varios años fraguado en el Parlament- ha transformado, al menos en esta contienda, a las formaciones que tradicionalmente han competido por el poder. Queda por ver si ese cambio se consolidará o, por el contrario, será un mero cosmético de campaña.

Estas son las cosas esenciales que PP y PSOE han 'copiado' a los recién llegados.Liderazgos más cercanos

Inimaginable era, hace unos años, ver al presidente del Gobierno deteniéndose a su paso para fotografiarse con los ciudadanos. Es cierto que ni siquiera había llegado aún la moda del 'selfie', pero la cercanía con el votante es uno de los rasgos que los candidatos han asumido como fundamentales en su estrategia para ganarse el voto.

Ahora, Rajoy prescinde de las tradicionales comidas oficiales y se lleva a Sarkozy a probar los chipirones a una tasca madrileña o aprovecha un acto de partido, este fin de semana en Alicante, para bajar a la playa a hacer running. El hecho, por supuesto, se fotografía y se difunde. El líder socialista también busca la cercanía. Por ejemplo, jugando una pachanga con un joven tras un programa de televisión.

El objetivo es claro. Humanizar a los políticos frente a los nuevos, que han tenido en la desafección ciudadana uno de sus principales caldos de cultivo.  Los líderes se ponen en manos de expertos en comunicación política, que deben explorar los límites de esa “humanización” sin caer en la irrealidad. La tarea es compleja, ya que el votante, explica Jorge Santiago, experto en comunicación política de la Universidad Camilo José Cela, rechaza los mensajes preparados. “Cuando la gente se da cuenta de que hay una estrategia, no le gusta”, analiza.  Un 'lifting' a las caras del partido

La renovación de liderazgos es un asunto que genera encendidos debates en las formaciones. Rajoy es el candidato de más edad de los que se presentan, 60 años, mientras que Sánchez, Rivera e Iglesias comparten una mayor afinidad generacional. El auge de las nuevas generaciones movió al PP a acometer, no sin discrepancias, un relevo en sus caras más visibles, colocando a Pablo Casado, de 34 años, en primera línea.

El nuevo vicesecretario de Comunicación se considera una figura clave en la estrategia de comunicación del PP, en la que se busca intensificar la presencia del partido en medios y redes sociales y mejorar la cercanía con los periodistas. Casado, acostumbrado portavoz en debates y tertulias, se acompaña de Andrea Levy, la actual encargada de Estudios y Programas y de la que se dice mantiene 'a raya' a Génova.

El PSOE también ha confiado en las nuevas generaciones.César Luena, secretario de organización, tiene 35 años y Meritxell Batet, la número dos de Sánchez en las listas al Congreso, es de la quinta del secretario general. La 'vieja guardia' queda en un plano secundario y ve su papel cada vez más relegado. El PP busca cómo combinar la estrategia de la regeneración con mantener en sus listas a algunos de sus dirigentes de siempre, ahora con la continuidad en entredicho.El programa, abierto a los ciudadanos

El PP ha sido el último en pedir colaboración ciudadana para la confección de su programa, aún en fase de borrador y que esperan tener listo antes del 15 de noviembre. La participación puede hacerse a través de la web puesta en marcha este jueves, si bien el partido no explica cómo se incorporarán finalmente.

Los socialistas, que ya hicieron público la semana pasada su borrador, lo mantienen abierto a las aportaciones de la militancia y de los simpatizantes, que pueden colaborar también a través de la página web o poniéndose en contacto directamente con el partido, han explicado. El programa definitivo será aprobado en la Conferencia Política que los socialistas celebrarán los próximo 14 y 15 de noviembre.

Podemos fue el partido avanzadilla de ese proceso participativo del programa, y también el único que tiene regulada esa participación. Los círculos y simpatizantes han podido elevar sus propuestas a través de Plaza Podemos, el espacio de debate virtual con que cuenta la formación y éstas valoradas por el equipo temático correspondiente. Cualquiera puede además elaborar su propio borrador, que será votado próximamente en un procedimiento telemático.Campaña a la americana

Que las formas de hacer política han cambiado es un hecho. Y éstas tienden a imitar al modelo americano. Podemos, por ejemplo, ha recurrido a los asesores de campaña de Obama para imitar sus tácticas.  De ahí, la caravana de la “ruta del cambio”, un recorrido de Iglesias por varias ciudades para reunirse con sus simpatizantes, al más puro estilo del presidente norteamericano.
Sánchez ha trasladado también varias de esas propuestas.

Antes de ser elegido secretario general, presumió ya de ser un candidato “de base”, recorriendo distintos puntos del país y durmiendo en casa de sus simpatizantes. Pero seguramente el ejemplo más visible sea la gran bandera de España ante la que pronunció su discurso de candidato a la Moncloa para reivindicar que el símbolo nacional es tan suyo como del resto de formaciones. El líder socialista se hizo acompañar también en ese acto por su mujer, Begoña, a la que se acostumbra a ver en distintas convocatorias del partido. Algo poco habitual en la política española y muy frecuente en cambio en EEUU.La corrupción, eje de programa

Es una de las cuestiones esenciales-la otra son los recortes y el desgaste del Estado del Bienestar-que los nuevos partidos afean a los antiguos.

En 2011, las medidas contra la corrupción apenas eran un esbozo en el programa popular. Siete puntos con amplias vaguedades y entre los que únicamente sobresalía la Ley de Transparencia. El resto, meras declaraciones de intenciones, sin contenido concreto, como “velar por el riguroso cumplimiento del código de buenas prácticas y de los compromisos de conducta de los candidatos” o “regular las normas de conducta de los miembros del gobierno de los altos cargos del Estado”.

Ahora, la lucha contra la corrupción es uno de los ejes sobre el que pilotan los partidos. Rajoy, que asume en sus mítines que los escándalos han hecho mucho daño a la política-con poca autocrítica-presume también de que su formación ha aprobado el mayor paquete de medidas para frenarla.Las cuentas al descubierto

Transparencia se ha convertido en otra palabra clave. Ahora, todos los partidos desnudan en mayor o menor medida sus cuentas, presupuestos, declaraciones de bienes, etc. Un cambio propiciado por las nuevas formaciones, las primeras en ponerlas a disposición de sus votantes, en distinto grado.

Podemos ofrece, entre otros, información sobre sus gastos, ingresos y declaraciones de bienes y renta de sus cargos orgánicos. Ciudadanos ofrece menos información. Sus cuentas, sueldos públicos y curriculun de sus candidatos. El PSOE presumió antes del 24-M de ser el primer partido en hacer accesibles las declaraciones de todos sus candidatos municipales. El PP fue el último en 'digerir' estas nuevas reglas del juego. En julio publicó por primera vez en su página web un balance detallado de sus cuentas del ejercicio pasado.La foto con la oposición

El diálogo y acuerdo entre partidos será esencial ante el Parlamento más fracturado de la Historia. Pese a los ataques recurrentes en mítines de campaña, a la vista de los últimos acontecimientos, el PP ha resuelto dar una imagen de unidad y consenso con la oposición convocando a los distintos líderes a La Moncloa para valorar la respuesta al desafío soberanista. La intención es también estratégica. Presentar al PP como garantía de estabilidad ante el 20-D.

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