Rajoy que ni habla y Pedro que ni dialoga, siguen pensando que no pasó nada

    • ¿No son capaces de escuchar a las urnas o es que les da igual?
    • Pedro y Rajoy siguen haciendo esfuerzos... para defender su sillón.
Rajoy que ni habla y Pedro que ni dialoga, siguen pensando que no pasó nada
Rajoy que ni habla y Pedro que ni dialoga, siguen pensando que no pasó nada

El día en elqueMaíllose convirtió en presidente del Gobierno, nos dimos cuenta de muchas cosas. Y casi todas han sido tristes. Lo ha sido que Rajoyvuelve a esconderse en la Moncloa cuando la situación política requiere altura de miras. Mandó el vicesecretario de Organización, al que la ciudadanía no conoce, para dar las explicaciones de sus reuniones.

Dijo Maíllo que se había acabado la campaña, pero no se notó. Dio lecciones al resto, como tan bien hacen nuestros políticos, pero dijo que Sánchez había fracasado en las elecciones y debía tomar nota. Rajoy no compareció y cambió el plasma por la nota de prensa a los medios, a los que tiene alergia (Bertín y María Teresa Campos se libran).

Escuchando a cada uno de los líderes queda clara solo una cosa. Es duro y triste decirlo pero parece el análisis más certero. Rajoy y Sánchez sobran.No dan la talla. Solo quiere mantener su sillón. Lo que pase en el país es secundario. Solo así se explica que el PP culpe al PSOE de que no haya acuerdo cuando sabe que el liderazgo de Rajoy es uno de los graves problemas para que haya un entendimiento, y de que este diga que va a tender puentes... pero no con el PP.

La relación entre los líderes de PSOE y PP es extremadamente fría y más tras el debate televisivo. El PP exige al PSOE que se convierta en un partido de Estado, pero tampoco le ofrece hasta ahora ninguna salida honorable. No abre la puerta a la salida de Rajoy para que el PSOE salve la cara. No.¿Estará dispuesto el PP a abstenerse por el bien del país si no logra la investidura Mariano? Esa es una buena pregunta también.

Rajoy sigue repitiendo los mismos mantras que en su campaña aunque mande a Maíllo a lidiar con los medios (esos cansinos, que al final son la correa de transmisión entre los dirigentes y ciudadanos, por si el presidente lo ha olvidado). Maíllo ríe, sonríe, le falta la carcajada mientras arremete contra todos, lo que quieren romper España y los que no les apoyan. Y mantiene a Rajoy como candidato... aunque sepan que sus posibilidades son escasas. Qué mas da, es lo que le han pedido que haga. Defender a su candidato hasta el final y culpar a los demás de la falta de acuerdos. Y la pregunta es ¿Por qué este PP nunca es capaz de que nadie le apoye? ¿Qué hace mal? ¿Por qué genera tanto odio?

Advierte Rajoy por carta de los peligros de la fragmentación política, pero no hace nada para evitarlo y dedica el doble de tiempo a hablar con Pablo que con Pedro. Y le hace media campaña ninguneando al PSOE. Lo más grave es que dentro del PP ya hay voces que creen que con Rajoy no se va a ningún sitio. Callan. Rajoy es consciente de que lo tiene casi imposible para ser presidente, pero quiere mantener su fuerza dentro del PP para lo que pueda venir. Que, ojo, puede ser mucho. De ahí que lo primero que haya dicho es que en un Congreso sería candidato. Un aviso a navegantes.

Pedro Sánchez por su parte tiene a sus barones en contra, y quiere llegar a la Moncloa a toda costa. Le va su supervivencia política en ello. Por eso justifica su derrota, inapelable y motivo de dimisión en la misma noche electoral cuando el PSOE era el PSOE y se creía lo que era. Pedro que tanto ha pedido a los demás dimitir debería haberlo hecho el 20D. Y dar paso a otro líder con menos trabas y menos promesas.

Sin Moncloa lo tiene complicado con Susana Díaz en el cuello. Pero si ya fue un error pactar con Podemos en las municipales dándole legitimidad para ir repartiendo cargos y tranquilizando conciencias, un pacto de legislatura puede ser mortal de necesidad para un PSOE que siempre será la copia de Podemos si se pone radical.

Pedro Sánchez habla de diálogo, sí, pero se reúne con el presidente del Gobierno sin mirarle a la cara, y le basta media hora para decirle que no. El PP es anatema. ¡y luego habla de que no cree en cordones sanitarios! Estos son los líderes que nos han tocado en suerte. Quizás sea lo que merece una sociedad acrítica y menos preparada de lo que se pregona. La cultura del pacto murió y sigue triunfando el sectarismo. Y los líderes no son ajenos a ellos. En el PSOE y el PP son muchos los que piensan que sus líderes sobran y es paradójico pero ven a Rivera y Pablo y sienten algo de envidida.

Pablo, como siempre, va a lo suyo y lo hace muy bien. Fue el amigo de todos en campaña y remontó. Ahora dice no a la casta, que es lo que le piden los suyos y sí al referéndum que es lo que pide Colau. Le interesan unas nuevas elecciones.

Rivera es el único que está a la altura en las comparecencias. Habla de pactos y de programa. Es verdad que es el que menos tiene que perder, pero también que ofrece una imagen de lo que el país necesita. Reformas profundas porque como dijo el Rey el futuro no espera. Y los países que solo miran atrás fracasan. Lástima que Rivera hiciera 15 días pésimos de campaña, justo cuando creyó que podría ser presidente. ¿Será un síndrome? La realidad es que Pedro y Rajoy no han entendido el mensaje de los españoles o les importa poco. Felipe González lo entendió en su día, aunque tarde. Pero Felipe no es Pedro ni Mariano, Aznar (aunque muchos le odien). Hemos ido a peor. Lo saben en sus partidos. Y días como hoy lo demuestran. Ojalá Pedro y Mariano, o alguien entre bambalinas les haga ver lo que nos jugamos. Y al final, aunque sea a trompicones, estén a la altura.

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