Rajoy respira hoy más tranquilo gracias a Hollande... y Rubalcaba sonríe

  • Las elecciones presidenciales francesas tendrán su efecto en la política española. Al Gobierno le supone un balón de oxígeno en plena crisis. Y en el PSOE han celebrado la victoria de Françoise Hollande como si fuera propia.

Los 100 días de Rajoy
Los 100 días de Rajoy
C. Ibáñez
Beatriz Toribio

La política tiene estas cosas. Aunque Nicolas Sarkozy pertenece a la misma familia política que Mariano Rajoy -el Partido Popular Europeo-, al presidente español quería que ganase el socialista François Hollande. ¿Por qué? Porque es lo que más le conviene en estos momentos.

Y es que todo apunta a que el cambio en Francia traerá un cambio en Europa, donde ya se habla más de crecimiento (palabra que encarna Hollande) y no tanto de austeridad (que se personaliza en Angela Mekel). El presidente electo de Francia insistió anoche en que renegociará con Merkel el tratado de austeridad. Todo apunta a que ya no serán todo recortes y más recortes.

Esta mañana el líder del PP ha sido muy cauto en su reacción sobre la victoria del socialista francés: "Ha ganado Hollande y por tanto mi obligación es entenderme con él", ha dicho. Tampoco ha querido tirar piedras contra el tejado de Merkel, cuya receta de austeridad es "perfectamente compatible" con la apuesta de Hollande por el crecimiento.

Pero a buen seguro que Rajoy se fumó anoche uno de esos puros a los que es tan aficionado después de conocer la notica. Tras las elecciones en Francia las cosas pueden cambiar para España: ahora el tema central en las reuniones en Bruselas ya no será nuestro país sino las consecuencias del cambio en Francia; además, la política de ajustes de la UE se puede relajar y eso supondrá un balón de oxígeno para Rajoy y su política de reformas.

Y si Europa afloja su nivel de exigencias, los mercados podrían bajar el nivel de presión contra la deuda española.

Quizás por todo ello Rajoy ponía en condicional hoy la posible subida del IVA. 'Si tengo que hacerlo, lo haré' ha venido a decir en la entrevista de esta mañana. Si la UE se replantea su política de ajustes, algunas reformas que ya se había planteado Rajoy pese a ser contrarias al programa electoral del PP, se quedarían en el cajón.

¿Nuevo apoyo de Merkel?

Pero además, si Hollande cumple con lo que ha dicho durante toda la campaña electoral, el eje franco-alemán empezaría a tener fisuras y la canciller Angela Merkel podría buscar aliados en otros líderes europeos.

Rajoy y su entorno siempre han sido partidarios del entendimiento con Merkel. Pertenecen a la misma familia política y hasta ahora ha sido un buen alumno y ha cumplido con todo lo que se le pedía desde Berlín y Bruselas. Si Hollande se convierte en un díscolo, Rajoy podría recuperar protagonismo dentro de la UE.

Es decir, si el líder del PP mantiene un perfil bajo y no da mucha guerra, podría acercarse más a Berlín y a la vez beneficiarse del 'trabajo' que haga Hollande.

Ése es el mejor de los escenarios. Pero en el PP también hay quien cree que la victoria de Hollande no será tan beneficiosa para España porque el nuevo presidente francés no podrá poner en práctica todas sus promesas y tendrá que recular al igual que le ha ocurrido a Rajoy meses después de llegar a La Moncloa. 'Una cosa es hacer campaña y otra gobernar', aseguran.

Además, se teme que si Merkel se ve acorralada en la UE, podría decir basta y dejar de defender el euro. Entonces, las cosas se complicarían mucho para España.

Una victoria casi propia

Donde se celebró por todo lo alto la victoria de Hollande fue en Ferraz. Se abrió la sede del PSOE a los socialistas franceses afincados en Madrid y Elena Valenciano y Alfredo Pérez Rubalcaba les saludaban como si el triunfo fuera propio.

En palabras de Valenciano, lo conseguido por el líder socialista francés supone el inicio de una nueva etapa de "cambio y esperanza" no sólo para los franceses, sino también para "todos los europeos" y "también para España".

Los socialistas tratan de vender que lo ocurrido en Francia es la prueba de que hay alternativa a la política de recortes de Mariano Rajoy. "La socialdemocracia no estaba muerta como muchos auguraron" añadía Valenciano. "Los franceses han vuelto a demostrar que la mejor arma del cambio es el voto".

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