Rajoy se enfunda en los liberales clásicos para abogar por “más sociedad y mejor gobierno”


El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, se enfundó hoy en tres de los autores clásicos del liberalismo político, John Locke, Adam Smith y Edmund Burke, para defender en el momento actual una “agenda regeneracionista” que sintetizó en el lema “más sociedad y mejor Gobierno”, aclarando que el liberalismo clásico se oponía rotundamente a los egoísmos capitalistas y defendía el papel del Estado para garantizar los derechos de los individuos.
Rajoy formuló esta profesión de fe en la presentación del libro “Liberales. Un compromiso cívico con la virtud”, del portavoz del PP en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, José María Lasalle, a quien definió como un político “atípico”, “original” y “reflexivo”, características que describió como “el mejor antídoto contra la frivolidad, la precipitación y los errores” gracias a que ha “escarbado en el pasado, en la tradición liberal, para esclarecer cuestiones que forman parte del debate público actual.
El presidente del PP interpretó la voluntad del liberalismo clásico de John Locke, Adam Smith y Edmund Burke de “proteger a los individuos contra la arbitrariedad del poder”, y defendió la libertad como “un todo indivisible” que comprende tanto la política como la económica y la personal. El Estado, dijo, tendría "el deber" de intervenir para garantizar las leyes y los derechos, pero no "el derecho" de hacerlo.
Además, aclaró que Locke se posicionó en contra del individualismo y el enriquecimiento a cualquier precio y defendió los dictados de la razón sobre las propias inclinaciones y deseos; y presentó a Smith no como el “profeta del egoísmo y la mano invisible”, sino el del fomento de la “iniciativa privada en un marco justo al servicio del interés general”, que reservaba al Estado y a la ley el papel de refrenar los impulsos egoístas de los capitalistas y marcar los límites. Nada más lejos de este pensamiento que un Estado abstencionista, explicó, abogando por la protección de la sociedad y la garantía de la salud y la educación.
Por último, de Burke destacó su defensa del buen Gobierno como obligación y no como privilegio, lo que obliga a “dar cuenta puntual del poder” pues el Gobierno se crea “a beneficio del pueblo y ha de ser independiente de todas las presiones ajenas”.
Enfundado en estos tres grandes pensadores del liberalismo clásico, Rajoy abogó por una agenda de regeneración pública bajo la primacía de la ley, del control al poder, la justicia social y el Estado del Bienestar, para superar la “profunda crisis económica, política e institucional”. Una agenda que resumió en el lema “más sociedad y mejor gobierno”.
La anécdota del acto la protagonizó, antes de la intervención inicial de Lasalle, una "drag queen" que “en nombre de la comunidad gay” paseó por la sala gritando “basta ya de homofobia en el PP. Dejad de mentir y manipular. Eso no es liberal, queridos”.

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