Rajoy: Usted primero Sr. Sánchez, que a mí me da risa

El sargento arenga a la tropa en una difícil batalla: "adelante mis soldados". El cabo se dirige a él y le dice: "Usted primero mi sargento que a mí me da risa". Es lo que el Presidente en funciones acaba de decirle al aspirante Pedro Sánchez. Si Rajoy hubiera ido a la investidura-trampa que le preparaban los dos "aliados", ésta se hubiera convertido en una "moción de censura encubierta", en la que "las oposiciones" se hubieran cebado hasta lo indecible. El espectáculo hubiera sido el de "todos contra uno y uno contra todos", exactamente lo contrario del lema de "los tres mosqueteros" de Alejandro Dumas.

De manera que esta vez, asesorado o no por Moncloa y/o Génova 13, Rajoy ante el fuego graneado y los obuses que le esperaban en el frente ha preferido dar paso al líder del PSOE. El Rey iniciará las consultas el día 27. El 30 ya habría propuesta de candidato, que sería el Sr. Sánchez. Si se celebra el Comité Federal del PSOE Sánchez puede verse atado por las
condiciones que los barones le impongan. Por eso parece que se vas a retrasar. Para dejarle las manos libres. Pero, si no es así, si el Comité Federal se celebra antes de las negociaciones, es el socialismo entero el que tiene que decidir el dilema: o se echa en manos de los radicales social-independentista, o busca una solución en la que gobierne otro, o convence al PP que le apoye con Ciudadanos, o se repiten las elecciones. En sus manos está la pelota. Parece que para Sánchez la peor solución son nuevas elecciones que se presentan difíciles para él, si es que le deja su partido.

Pablo Iglesias les ha colocado hábilmente la pelota en el campo de los contrarios. Aficionado a la serie televisiva "Juego de Tronos" se ha adelantado para obligar a los demás a definirse. A Rajoy a retirarse tácticamente de la carrera y a Sánchez a responder a su oferta. Una oferta en la que el líder de Podemos ha planteado un órdago. Él no tiene nada que perder si hay nuevas elecciones. Las encuestas dicen que puede dar el sorprasso al PSOE. Pero si no lo hace se queda igual. Sólo si el PSOE se retracta y empieza a hablar con Ciudadanos y el PP le habría salido mal la jugada. Pero en ese caso se convertiría en la "oposición" y a esperar mejores tiempos. Es un juego psicológico en el que el podemíta parece estar a sus anchas.

Así que en el tablero de juego hay dos protagonistas: Iglesias jugando a la ofensiva psicológica y Rajoy a la retranca gallega a la espera que el PSOE se dé cuenta del abrazo del oso podemíta. En medio Sánchez con un ojo puesto en la Moncloa (que parece que es lo único que le interesa).

Ya dije en mi anterior artículo que aunque Sánchez cabalgaba ante el asombrado Rajoy, éste pensaba que la película no había acabado y quedaban las escenas más importantes. De momento ha ganado tiempo ¿Cuándo aparecerá el "The End" y cómo será el desenlace? En unas semanas se verá.