La moneda brasileña cerró el miércoles en 3,49 por dólar (-0,86%).
El real acumula varias semanas de desvalorización, reflejo de la caída de la actividad que afecta a Brasil, que ya cuenta con varios de sus indicadores en negativo, y en medio de un tenso ambiente político derivado de un escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica a la clase política y a las principales constructoras del país.
Un sondeo de la encuestadora Datafolha ubicó el rechazo del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff en 71%, el peor desde 1992 cuando Fernando Collor renunció al cargo antes de que el Congreso votara su destitución.
"Sé soportar presiones y hasta injusticias", dijo Rousseff en una propaganda del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda). "Sé que mucha cosa necesita mejorar, hay mucho brasileño sufriendo, pero juntos vamos a salir de ésta", añadió.
El real, que también fluctúa ante la expectativa de un alza en la tasa de interés de Estados Unidos, acumuló el jueves una desvalorización de 24,7%. En 2014 cerró con una caída de 13% frente a la divisa estadounidense.
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