El regionalismo muestra su músculo en Castilla para combatir la despoblación

El espíritu de 1987. La mañana del 20 de diciembre, el presidente Mañueco convocó elecciones autonómicas en Castilla y León. Una noticia que provocó todo tipo de reacciones: desde improperios por parte de su vicepresidente Igea (de Cs) a través de la radio hasta un despliegue inédito de las fuerzas regionalistas ante lo que apreciaron como una oportunidad histórica. Estas -cansadas del continuo fenómeno de la despoblación- apelaron a los suyos para que sus proclamas tuvieran de una vez, no solo voz, sino también interés real. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en 1987 -cuando el partido localista burgalés, Solución Independiente, dio la presidencia a los socialistas con su único procurador, convirtiéndose en un actor vital durante la legislatura- dicho hito no se ha podido reproducir. Pese a ello, el regionalismo ha exhibido su fuerza y, por primera vez en la Historia, habrá tres partidos con estas características representados en las Cortes.

Desde las 9 de la mañana hasta los 8 de la tarde, los castellanoleoneses han acudido a sus respectivos colegios electorales a depositar su voto. Una jornada atípica, de invierno y que no ha coincidido con las elecciones municipales. La participación ha sido del 67,79%. De esta, casi el 7% del total se ha decantado por un partido regionalista: Unión del Pueblo Leonés (4,26%), Soria ¡YA! (1,54%) y Por Ávila (1,13%).

Posiblemente, la plataforma más representativa del movimiento de la España vacía es el nuevo partido Soria ¡Ya! Su resultado confirma lo que muchas encuestas pronosticaban y la formación puede presumir de dos buenas noticias: ser la primera fuerza de su provincia y conseguir hasta tres escaños. Gran parte de los votos de los que se ha nutrido han procedido, curiosamente, de zonas urbanas en lugar de las rurales. Así, mientras que en la ciudad de Soria casi el 50% de la población ha optado por esta plataforma, en pequeños municipios -y en serio riesgo de despoblación-, como Carabentes, que tiene 16 habitantes, ha sido el Partido Popular quien ha absorbido prácticamente todos los votos.

La escisión regionalista del Partido Popular -Por Ávila- ha conseguido cumplir las expectativas que se había marcado al inicio de la campaña, consiguiendo un escaño en las Cortes de Castilla y León. Al igual que ha ocurrido con la anterior formación mencionada, los votos de las zonas urbanas han sido clave para este exitoso resultado. De esta forma, se ha convertido en la primera fuerza política en la capital de la provincia, con casi 1.000 votos de diferencia con respecto a la segunda fuerza (PP). Una realidad que no se ha visto en las zonas rurales, como Narrillos de Álamo, Navalcruz o Narrevisca.

La Unión del Pueblo Leonés (UPL) ha conseguido mejorar sus resultados con respecto a las últimas elecciones. Así, el partido ha pasado de tener una única representación a tener hasta tres. Se trata, además, de una noche histórica para la formación ya que consigue igualar su mejor resultado electoral, que se remonta al año 1999. A diferencia de Soria ¡Ya! y de Por Ávila, este partido regionalista se ha nutrido de los votos rurales ya que en las grandes ciudades, como la propia capital de provincia, la formación ha ocupado la cuarta posición.

Por último, Vía Burgalesa -que era otra de las plataformas locales que se presentaba- no ha podido conseguir representación por Burgos. Una de las formas de ver cómo la despoblación ha ido aumentando es a través del número de procuradores que hay hoy en las Cortes de Castilla y León. Así, desde 2019 el número es de 81, el menor de toda la democracia. Las provincias que han perdido escaños han sido Salamanca, Segovia y León. Las fuerzas regionalistas sumarán hasta 7 escaños en el nuevo parlamento. Aunque todo indica a que estos partidos van a tener una influencia muy limitada durante la legislatura, si observamos estos datos en clave nacional y atendiendo a los altos porcentajes que han alcanzado, podemos concluir que la presencia en el Congreso de nuevas fuerzas regionalistas procedentes de Castilla y León puede ser pronto una realidad.