El relevo del hombre clave de la CNMC en energía provoca otro choque interno

El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.
El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.
EUROPA PRESS

La salida del director de Energía de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, Fernando Hernández, para ocupar la agregaduría comercial de la embajada de España en Tokio ha provocado un nuevo enfrentamiento en el seno del regulador. Con la mitad de los consejeros en funciones y en plena polémica por los recortes diseñados por el director saliente para el sector de la energía, el presidente de la Comisión, José María Marín Quemada, se ha resistido a nombrar un suplente en la dirección de Energía.

Marín considera que su gabinete puede coordinar la labor de la dirección de Energía y de sus subdirectores. Los consejeros críticos, entre los que según las fuentes consultadas se incluye la vicepresidenta María Fernández, consideran que la pretensión de Marín puede ser ilegal. La presión ha llevado a incluir en el orden del día de esta semana la cuestión del relevo. Tras la pelea, el subdirector de Energía Eléctrica, Santiago Muñoz, se perfila como director suplente.

No es una disputa más. Tampoco uno más de los múltiples roces que ha protagonizado Marín con parte del consejo. Con la mitad de los consejeros en funciones, incluido el presidente Marín y la vicepresidenta Fernández, el enfrentamiento por el relevo del cerebro de los recortes energéticos suena a pulso final. En la práctica, la disputa ha llevado a la parálisis temporal del organismo. La vicepresidencia -responsable de la Sala de Regulación- se habría negado a incluir en el orden del día para debatir en pleno cuestiones relacionadas con energía sin la firma de un responsable.

La tensión, según fuentes internas de la CNMC, es máxima. El director saliente, Hernández, formaba parte del triunvirato encargado de negociar la reforma energética con el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal. La salida de Hernández sin relevo hubiera dejado a  Marín como único negociador de la Comisión frente al Gobierno, sólo con la compañía del abogado del Estado y secretario del Consejo de la CNMC, Joaquím Hortalá.

Dos candidatos

El enfrentamiento ha llegado al pleno del consejo, que ha barajado los nombres de dos candidatos como suplentes temporales de Hernández: Santiago Muñoz, subdirector de energía Eléctrica, e Ismael Bahillo Santoyo, subdirector de Regulación Económico-Financiera y Precios Regulados. Muñoz, cuenta a su favor con la edad, más próxima al retiro. El nombramiento de Bahillo, más joven, podría generar nuevos roces en un departamento clave.

Marín se ha encontrado con el nuevo incendio interno muy a su pesar. Aparentemente, todo estaba controlado. El saliente Hernández tenía muchas posibilidades de ser nombrado director de la Agencia de Cooperación de los Reguladores Europeos (ACER). Aunque había obtenido la plaza de agregado comercial en Tokio, a la que debía incorporarse el 1 de septiembre, su elección para dirigir ACER hubiera supuesto poner un broche de oro a su carrera. Hubiera permitido además a Marín mantener a su lado al alto cargo hasta llegar a ACER en enero.

Pero todo se torció. Hernández perdió la carrera de los reguladores europeos y, pese a los esfuerzos de Marín, sólo obtuvo permiso del Gobierno para cerrar flecos en la CNMC hasta mediados de octubre. Con Hernández en Tokio, Marín se enfrenta en solitario al incendio desatado en los sectores del gas y de la electricidad por los recortes retributivos a aplicar a las empresas hasta el año 2026.  Es un final de mandato más que intenso en el que el presidente de la CNMC ya ha tenido que ceder posiciones.

Mejora de propuesta

En los recortes al transporte y la distribución de electricidad, la CNMC ha acordado con el Gobierno mejorar la propuesta inicial respecto al tratamiento de los activos que deben ser retribuidos, posponer un año el grueso del tijeretazo y eliminar las diferencias en el porcentaje de retribución que discriminaba a la red de transporte -la que gestiona REE-frente a la red de distribución de baja tensión que manejan las eléctricas.

Lo más probable es que también haya pasos atrás en los recortes al sector gasista. Fuentes de la CNMC sostienen que el recorte máximo apuntado en los debates del pleno del regulador llegaría como mucho a 250 millones anuales en el sexto y último año del plan. En la primera propuesta, la norma contemplaba a un recorte de 3.000 millones en la retribución al sector entre 2021 y 2026. El tijeretazo será menor y estará jurídicamente mejor sustentado, según explican fuentes de la CNMC.

La última redacción de la circular de distribución de gas tampoco mantiene como inamovible el cambio de modelo en la retribución previsto, un cambio que rechazaban las empresas y cuestionaba el Ministerio de Transición Ecológica. En lugar de retribuir en función de los activos de la empresa y de su vida útil, se mantiene el modelo de retribución que tiene en cuenta la demanda que atiende cada compañía. Se elimina un punto de fricción que encaminaba la disputa con las empresas directamente a los tribunales y que comprometía la existencia misma de pequeñas distribuidoras como Madrileña de Gas o Nortegás.

Mostrar comentarios