Renuncia jefe policial involucrado en proceso de depuración en Honduras

  • Uno de los responsables del proceso de depuración de la policía hondureña, Oscar Manuel Arita, renunció hoy "por asuntos estrictamente personales y familiares", según informó una fuente oficial, aunque otras fuentes consultadas por Efe atribuyeron la decisión a una falta de apoyo para su tarea.

Tegucigalpa, 29 feb.- Uno de los responsables del proceso de depuración de la policía hondureña, Oscar Manuel Arita, renunció hoy "por asuntos estrictamente personales y familiares", según informó una fuente oficial, aunque otras fuentes consultadas por Efe atribuyeron la decisión a una falta de apoyo para su tarea.

La "renuncia irrevocable" de Arita como titular de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial de Honduras (DIECP) es efectiva a partir del 1 de marzo, indicó la Unidad de Comunicaciones, Imagen y Transparencia de la institución en un comunicado.

Una fuente cercana a Arita, que pidió la reserva de su nombre, dijo a Efe que renunció por falta de apoyo político y económico para el funcionamiento de la DIECP, creada a finales de 2011 como parte del proceso de depuración de la Policía Nacional.

Al respecto, el director adjunto, Eduardo Villanueva, indicó a Efe que la renuncia "es por asuntos personales y familiares".

Agregó que la institución "ya dispone del presupuesto para desarrollar sus actividades, que no son fáciles como en cualquier inicio de una institución con altas responsabilidades".

Arita, que se desempeñaba como juez en la Corte de Apelaciones en Tegucigalpa antes asumir el cargo en la DIECP el pasado 1 de diciembre, señaló en una nota de prensa que su renuncia "no altera en nada el proceso de estructuración de esta nueva institución ni la depuración policial".

La Policía de Honduras está en proceso de depuración desde noviembre de 2011, a raíz de las múltiples denuncias sobre agentes y oficiales implicados en delitos como narcotráfico, extorsión, secuestros y crímenes, entre otros, muchos de ellos de vieja data.

Uno de esos crímenes, en el que están implicados siete policías y un suboficial, se registró el 22 de octubre del año pasado contra dos estudiantes universitarios en Tegucigalpa.

Los estudiantes fueron asesinados después de una persecución de una patrulla policial, supuestamente porque no habrían acatado una orden de detenerse durante un retén, según versiones que trascendieron entonces en medios locales de prensa.

Uno de los estudiantes era hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), Julieta Castellanos, quien ahora, con apoyo de la máxima casa de estudios, otros grupos de la sociedad civil y los poderes Ejecutivo y Judicial, promueve la depuración de la Policía Nacional.

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