Renzi, el tercer primer ministro que gobierna Italia sin pasar por las urnas

  • El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, que logró derrocar a su compañero de filas Enrico Letta, es el tercero que gobernará el país con la legitimidad que le ha dado el Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, pero no con el respaldo de la soberanía popular expresada en las urnas.

Carmen Postigo

Roma, 24 feb.- El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, que logró derrocar a su compañero de filas Enrico Letta, es el tercero que gobernará el país con la legitimidad que le ha dado el Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, pero no con el respaldo de la soberanía popular expresada en las urnas.

Renzi es el tercer presidente del Consejo de Ministros nombrado por Napolitano, después del tecnócrata Mario Monti y de Letta, una anomalía que marca ya el nacimiento del nuevo Ejecutivo.

La crisis política se desató en Italia el pasado 13 de febrero cuando la directiva del Partido Demócrata (PD), con Renzi a la cabeza, se reunió para decidir si le retiraban la confianza en el Parlamento a Letta.

Finalmente, el PD, la mayor formación de centroizquierda del país, se decantó por que Renzi crease un nuevo Gobierno, lo que obligó a Letta a presentar su dimisión.

La caída de Letta obligó al Jefe del Estado, empeñado en zanjar la crisis de inmediato, a llamar a consultas a los partidos políticos del Parlamento para decidir un candidato a quien encargar formar Gobierno.

El elegido fue Renzi, de 39 años, convertido en azote de Letta y aspirante a hacer saltar por los aires la vieja política, a su juicio, la causa de todos los males del país.

Renzi aceptó "con reservas" el encargo del Jefe del Estado y procedió a convocar un turno de consultas para dilucidar posibles aliados entre el entramado de siglas políticas del Parlamento.

Las consultas finalizaron el pasado miércoles y derivaron en la composición de un equipo de coalición formado por nueve partidos políticos.

Entre estos se encuentran los que sustentaron a Letta: el Nuevo Centroderecha (NCD) de Angelino Alfano, antiguo discípulo de Silvio Berlusconi, y la formación fundada por Monti, Elección Cívica (SC).

Con estos partidos, Renzi anunció que haría pública la formación de su Ejecutivo el sábado 22 de febrero, pero, finalmente, aceleró el proceso y presentó a su equipo gubernamental el viernes.

El resultado de las cábalas de Renzi acerca de la formación de su Gobierno fue la creación del primer Gabinete paritario de la historia de Italia, el más joven -48 años de edad media entre sus ministros- y con la economía en manos de una troika de tecnócratas.

El gabinete juró ayer su cargo ante Napolitano y poco después celebró su primer Consejo de ministros con el reto de hacer frente la peor crisis económica que ha conocido Italia desde la II Guerra Mundial.

Para la cartera de Economía, Napolitano le sugirió a un técnico muy apreciado en Bruselas, y con carrera en el FMI y la OCDE, Pier Carlo Padoan, que está convencido de que la solidez bancaria es crucial, pero no pudo convencerle de que mantuviera a Emma Bonino en Exteriores.

Algunos analistas han definido al nuevo Ejecutivo joven, paritario y con nombres anónimos en su mayoría como de segunda categoría y como un excesivo protagonismo de Renzi, que ayer mismo se puso como ejemplo de éxito para los jóvenes italianos.

Un primer ministro que afirmó que gobernaría Italia siempre que fuera legitimado por las urnas y no fruto (en alusión Letta) de las conjuras de palacio y que no se amilanó a la hora de negociar con "la bestia" del PD, Silvio Berlusconi, para diseñar la ley electoral.

Tampoco le tembló el pulso para destituir de sus puestos a la histórica Bonino y a la africana Cecile Kienge, de su Ministerio de Integración, ambas políticas de su partido.

Se trata de un hombre con enemigos hasta en el interior de su propio partido, los seguidores de Pier Luigi Bersani, de Massimo D'Alemma y de Enrico Letta, que promete acometer una reforma al mes.

Con un Parlamento carente de un mayoría electoral, una coalición variopinta y con un primer ministro al que todos los expertos tildan de "ambicioso", los analistas se preguntan cuánto durará el Ejecutivo.

Según Renzi agotará la legislatura hasta el 2018 y según los analistas, aguantará hasta la reforma del Senado y la entrada en vigor de la nueva ley electoral.

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