Acabaría con el monopolio del Gobierno

Maduro corteja a Repsol para privatizar el petróleo que maneja PDVSA en Venezuela

Nicolás Maduro. / EFE
Nicolás Maduro. / EFE

Venezuela ha colgado el cartel de 'se vende' a varias de sus reservas de petróleo. La situación límite que vive el país ha llevado al Gobierno de Nicolás Maduro a intentar privatizar una parte de su principal negocio y su intención es que grandes empresas extranjeras se hagan cargo de la gestión de estos activos estratégicos. Con esta decisión el régimen bolivariano intenta hacer frente a la complicada posición económica que atraviesa el país. Una de las compañías que ha sido tentada por el Ejecutivo es Repsol, según adelantó Bloomberg el pasado lunes y confirman a La Información fuentes del mercado.

Se trata de las reservas y yacimientos que gestiona y administra la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en régimen de monopolio. El Ejecutivo chavista, según las mismas fuentes consultadas, "quiere" dar entrada a multinacionales que ya operan en el país a cambio de que acepten cobrar con estos activos una parte de la deuda que acumula la compañía venezolana con ellos. No sería, en cualquier caso, una decisión sencilla teniendo en cuenta la situación política actual tanto en el país como a nivel internacional.

La entrada de capital extranjero en estos activos de crudo venezolanos supondría un hito histórico en una industria estratégica para el Gobierno de Maduro y en la que Repsol sigue participando a día de hoy de manera activa. Bloomberg cita a la compañía estatal rusa Rosneft (que es el mayor operador de crudo venezolano) y a la italiana Eni como otras dos petroleras a las que el régimen venezolano ha cortejado para participar en esta operación, aunque hay pocas dudas de que el mayor interés se centra en la operadora rusa.

Repsol, sin embargo, ha tomado la decisión de reducir de forma gradual su exposición patrimonial en Venezuela. La cotizada presidida por Antoni Brufau lleva trimestre a trimestre asumiendo menos responsabilidad en un país sobre el que pesan sanciones internacionales que impiden a los ciudadanos y compañías estadounidenses realizar operaciones con PDVSA. La fórmula que ha aceptado la energética española es la de recibir cargamentos de crudo de Venezuela en pago de las deudas acumuladas. Así, Repsol consigue no infringir la normativa internacional de sanciones y recuperar su inversión.

"Repsol ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela", informó la firma en sus últimas cuentas semestrales en relación a este pago en especie que recibe desde Caracas. La exposición patrimonial en el país caribeño era de 351 millones de euros, según los mismos resultados correspondientes al tercer trimestre de 2019. Esa cifra suponía una importante reducción en relación a los 393 millones de junio del año pasado y los 456 millones con los que cerró 2018.

Si Maduro quiere dar entrada a multinacionales extranjeras en los activos de PSPVA deberían modificarse las leyes de Venezuela. Según informa Bloomberg citando fuentes conocedoras de la operación, no sería nada sencillo para el régimen de Maduro estos cambios legales que tendrían que aprobarse en la Asamblea Nacional cuyo presidente es Juan Guaidó. El medio también asegura que "Guaidó y la oposición están a favor de aumentar la participación extranjera y la inversión en Venezuela" pero se oponen a aprobar medidas que favorezcan al régimen chavista. Asimismo sería necesario el visto bueno de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos.

La producción de petróleo de las reservas venezolanas se encuentran a día de hoy bajo mínimos. Pdvsa extrae en torno a 700.000 barriles al día, una cifra muy alejada de los 3,2 millones por jornada de 2008. Fuentes del mercado admiten que la compañía estatal no cuenta con capital para poder hacer frente a sus pagos y de ahí que intente buscar una solución de urgencia con firmas de otros países con las que mantiene relaciones más o menos fluidas.

Repsol admitió en sus últimas cuentas trimestrales que realiza un seguimiento constante de la evolución de la situación en Venezuela y de los eventuales efectos que pudiera tener sobre sus activos. La firma reconoce que pese a la marejada política no ha habido impactos significativos en las cuentas del grupo, que en el tercer trimestre de 2019 ganó 1.466 millones de euros, 32% menos que en el mismo periodo de 2018. La compañía, eso sí, admitió en sus cuentas de 2018 provisiones por riesgos o deterioros reversibles de 1.159 millones de euros, principalmente por la evolución del sector petrolero en Venezuela.

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