Cita en la Audiencia Nacional 

Repsol defiende ahora que contrató a Villarejo porque no era policía en activo

El exjefe de seguridad de la petrolera declara ante el juez que no hubo irregularidades en el encargo a Cenyt y que el objetivo fue controlar a Sacyr y Pemex. 

El ex subdirector de Seguridad Corporativa de Repsol, Rafael Girona Hernández
El ex subdirector de Seguridad Corporativa de Repsol, Rafael Girona Hernández
José González | EP

El que fuera jefe de seguridad de Repsol ha comparecido por primera vez en la Audiencia Nacional para detallar los pormenores del encargo a José Manuel Villarejo. En su cita ante el magistrado que investiga los trabajos de espionaje del comisario, Rafael Araujo ha tratado de relativizar la contratación con Cenyt asegurando que no hubo irregularidades en los encargos y que recurrieron al comisario creyendo que estaba en situación de excedencia de la Policía Nacional. El objetivo de este contrato, según ha explicado, era neutraliza la amenaza que suponía entonces Sacyr y Pemex ante el intento de la constructora de hacerse con el control de la petrolera.

Se trata de la primera comparecencia de Araujo en sede judicial en el marco de esta pieza 21 del caso Tándem. El magistrado le imputó el pasado mes de noviembre junto con su exnúmero dos Rafael Girona y el también exjefe de seguridad de CaixaBank Miguel Ángel Fernández Rancaño, tal y como adelantó este diario. De este modo, los tres han comparecido en sede judicial para explicar que conocieron a Villarejo en una fiesta de los Ángeles Custodios de la Policía Nacional (al tratarse los tres de comisarios) y que contrataron sus servicios pensando que ya no estaba en activo. Precisamente el delito de cohecho que le atribuye el instructor Manuel García Castellón viene porque Villarejo era funcionario cuando se realizó el encargo.

El mismo se remonta a los años 2011 y 2012 y se presupuestó en 925.000 euros. Los exresponsables de seguridad han explicado en sede judicial que la finalidad de esta contratación era conocer de cerca la maniobra de la constructora que presidía entonces Luis del Rivero y de la mexicana Pemex. Ambas querían hacerse con un tercio del total de las acciones de la petrolera que preside Antonio Brufau. El juez considera que este trabajo fue irregular en tanto se llevó a cabo controlando el tráfico de llamadas de Del Rivero y de su familia además de otros movimientos que implicarían delito de revelación de secretos. Sin embargo, los policías retirados han negado que despacharan de estos asuntos con el agente encubierto y con su socio Rafael Redondo. Al contrario, han dicho que la contratación responde a una estrategia mercantil y que la preocupación era máxima ante la sospecha de que Pemex quería controlar los activos internacionales de Repsol y Sacyr los de España.  

Iniciativa de Repsol

Fuentes presentes en el interrogatorio explican que la declaración más densa ha sido la protagonizada por Araujo, el cual ha explicado que la iniciativa de recurrir a Cenyt fue de la petrolera. Sobre el contenido del proyecto, que el comisario jubilado bautizó como 'Wind', ambos han señalado que no arrojó mucha luz al caso y que fue decayendo toda vez que finalmente Del Rivero no consiguió el respaldo necesario por parte del resto de accionistas y esto terminó con su salida de la presidencia de Sacyr. En relación a este punto los ahora imputados alegan que otro de los temores que tenían era que, precisamente a tenor de su 'derrota', Del Rivero tuviera como objetivo contraatacar y conseguir información delicada de Brufau. 

Sobre el contenido del trabajo ambos han dicho que nunca hubo contrato por escrito y que todas las indicaciones fueron verbales. Además, han señalado que, como viene siendo habitual en las contrataciones con Villarejo, ellos eran los encargados de reunirse con él y Redondo en calidad de jefes de seguridad de sus respectivas empresas. En función de los avances ambos iban pagando a Cenyt, aunque según su versión, no quedaron muy satisfechos con las labores de la empresa de inteligencia. En los registros practicados en casa de Redondo y Villarejo los agentes se incautaron de muchísima documental en la que se hace referencia a medios ilícitos para espiar a Del Rivero (como dispositivos de captación de información o equipos de grabación de audio). Los comparecientes han negado tener conocimiento alguno de que se emplearan estas prácticas. 

Los despachos con Fainé

Entre el material incautado aparecieron documentos no solo sobre Sacyr y Pemex sino también sobre personas cercanas a Brufau. Uno de ellos recogía documentación sobre el que fuera director financiero de la petrolera, Fernando Ramírez Mazarredo, el cual figura como perjudicado en la causa por estos hechos. Aunque no han hablado de este asunto, sí que han sido preguntados por un segundo encargo que se llevó a cabo ya en 2014. El mismo se ciñó a un asunto muy concreto: controlar el viaje a Alemania que hicieron un consejero de Pemex (que tenía que participar en el Consejo de Repsol) y el expresidente de Endesa Borja Prado para ver un partido de la Champions League. Villarejo efectivamente acreditó este encuentro y lo certificó con una foto de ambos en el aeropuerto. 

Aunque el nombre de Brufau no ha salido en ningún momento, Fernández Rancaño sí que ha mencionado a su entonces presidente, Isidro Fainé. Según las fuentes consultadas, el exjefe de seguridad ha explicado que trasladó estos asuntos a Fainé aunque matizando en todo momento que las informaciones eran genéricas y que trataban de los encargos a Cenyt y de investigaciones de otra índole. Al respecto ha explicado que su interés era puramente mercantil y empresarial en relación a la estrategia de Del Rivero insistiendo en que él no tuvo conocimiento de irregularidades y que, por tanto, tampoco las pudo trasladar a la cúpula de la entidad. Precisamente, el empresario -que también figura como perjudicado en la investigación relativa al BBVA- declara este jueves en el marco de la pieza número 21 de este procedimiento Tándem.

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