En unos 40 días, un congreso ordinario de la institución deberá ser convocado para elegir a su nuevo timonel, cargo que es ocupado interinamente por Marco Ortega, actual presidente de la Liga Profesional del Fútbol Boliviano (LPFB).
"Gracias a Dios hemos llegado a una decisión definitiva y unánime, y en 30 a 40 días nos reuniremos para conocer a nuestro nuevo presidente. Nadie que ha asistido a este Congreso ha refutado la decisión", dijo Ortega a la televisión estatal BTV.
Ortega recibió el apoyo de once de los doce clubes de la LPFB y de los representantes de la Asociación Nacional de Fútbol (ANF), que agrupa al fútbol amateur.
El congreso extraordinario, llamado expresamente para cambiar a Chávez, tuvo un inicio caótico por las protestas de algunos sectores del fútbol amateur, e inclusive se reportó la detonación de petardos.
La revocatoria de Chávez, que ocupó el cargo desde 2006, ocurrió días después que las oficinas de la FBF fueran allanadas en una investigación por corrupción, que ha llevado a la cárcel a cuatro dirigentes de esa entidad, entre ellos, a Chávez, desde finales de julio.
Chávez, que se negaba a dimitir, fue mencionado en las investigaciones del escándalo de la FIFA como receptor de un soborno de 7,5 millones de dólares.
La acusación fiscal a los cuatro dirigentes es por "legitimación de ganancias ilícitas, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, delitos tributarios y estafa con la agravante de víctimas múltiples".
La Fiscalía también indaga el destino dado a la recaudación de un partido amistoso disputado entre las selecciones de Bolivia y Brasil.
Ese partido debió beneficiar, aparentemente, a los familiares de un muchacho que murió por una bengala en un partido oficial en febrero de 2013, por la Copa Libertadores, entre el boliviano San José y el brasileño Corinthians.
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